Capítulo 6

René vio las 7:00 AM en la pantalla de su teléfono y estiró los brazos. El cansancio aún no se había apoderado de ella y necesitaba terminar la columna. La sonrisa que tenía en el rostro era algo inverosímil con tantos problemas que tenía en la cabeza.

Un suspiro de satisfacción salió de su boca.

—No puedo irme de Box R, es una parte de mí.

En ese momento la puerta se abrió y entró Rachelle con una taza de café en las manos.

—René ¿Qué haces aquí?

—Ven acá.

—Tienes la misma ropa de ayer.

Se colocó junto a ella y miró la pantalla.

—Oh Dios René... ¿Hiciste todo eso esta madrugada?

—Junto con un nuevo apartado para la revista.

Rachelle leyó en voz alta.

—¿"Autores en las sombras"?

̶ ¿No crees que deberíamos visibilizar autores que no son conocidos?

Su amiga la miró emocionada.

–Es una idea grandiosa, pero... bueno, veo que tienes varios ¿Cómo haremos para buscar información? Estamos cargadas de otros temas.

–Eso será trabajo de Shar.

–Oh Rox estará contenta, estoy segura que pasó toda la noche pensando un puesto para él.

René se puso de pie y tomó su bolso.

–Te dejo el resto a ti, cuiden bien de Shar. No lo conozco de nada, pero es como si lo conociera de toda la vida. Conectamos y sabes lo difícil que soy.

–Me pasó lo mismo, muy diferente de su hermano. Shar dice que tiene buen corazón.

–Es su hermano, no puede hablar mal de él. Iré a darme un baño.

Le dio un beso en la mejilla.

–Nos vemos Rach.

–René.

Ella dio media vuelta–Ese tono lo conozco ¿Pasa algo con King Kong?

Ella sonrió–Tonny y yo estamos bien. Solo quiero decirte que... siempre vamos a estar para ti. No pienses en irte de nuevo.

René le dio un abrazo.

–Gracias cariño. Eres lo más noble y hermoso que tenemos Rach, no lo olvides.

–Nunca lo dices y cuando lo haces se siente tan bonito.

–Eso es porque las palabras se desgastan, pierden su valor si las repites mucho. Nos vemos.

–¡Te estaremos esperando!

***

Sharaman bajó del taxi y vio el gran edificio viejo y sonrió. Iniciaría una nueva vida en los Estados Unidos y se alegraba de haber conseguido un trabajo donde su padre no tuviera nada que ver.

Se había graduado de administración de empresas, sin ningún interés en ello. Nunca se había puesto a pensar que le hubiese gustado estudiar, puesto que su padre siempre había demandado en todos sus intereses. Estaba dispuesto a hacer útil para la revista.

Entró al edificio y vio que René bajaba lentamente las escaleras, mientras revisaba su teléfono.

En ese instante dos camionetas negras frenaron en seco en la entrada y bajaron cinco hombres de cada una. Ella lo vio y le regaló una sonrisa, pero de inmediato se le esfumó al ver que los hombres se acercaron a Sharaman y empezaron a golpearlo.

–¡Sharaman!–gritó.

Uno de ellos le colocó un pañuelo y su vista se nubló. No era la primera vez que le pasaba. Salvo que no le gustó que René lo hubiera presenciado.

René subió a su auto y aceleró de forma abrupta.

–Dios mío... Dios mío...–susurró para sí. Se colocó el auricular y llamó a Roxanne.

–Rains.

–Secuestraron a Sharaman en frente del edificio de Box R.

–¿Qué?

–Estoy persiguiéndolos, los tengo en la mira.

–Placa. Llamaré al 911.

–45AM453 California.

Su amiga colgó y la camioneta cruzó a la derecha. Un carro se le atravesó y ella comenzó a pitar.

–¡Muévete pedazo de chatarra! ¡Maldición! Dios mío...

Entró por la calle y no vio a las camionetas por ningún lado.

Su teléfono sonó–Rox.

–Tengo al 911 en la línea–le informó.

–Doblaron por la calle que conduce a la autopista y los perdí señorita.

–En breve mandaremos a una patrulla. Hasta entonces.

La mujer colgó y René se exasperó.

–¿Crees que el imbécil del hermano está detrás de esto?

–¿Creo? Estoy plenamente segura que ese hijo de puta planeó esto.

–Que la rabia que le tienes a ese tipo no te nuble, no podemos hacer una denuncia sin pruebas.

–¡Son unos lunáticos! Malditos árabes.

–También estás ofendiendo a Sharaman.

René dobló a la izquierda–Bésame el culo Rox.

–Bien, yo iré al hotel donde se está quedando Darian Zuhair, si allí no está es culpable.