El día empezó con una confusión y terminó con un desastre… digital y emocional.
La clínica amaneció revuelta.
Uno de los monitores del set audiovisual —ese que usaban para revisar las grabaciones antes de subirlas— había colapsado justo después de una jornada de rodaje intensa.
Mariana, apurada, conectó su laptop personal para seguir trabajando con el equipo.
No imaginó que ese simple gesto sería el detonante de una nueva catástrofe viral.
Mientras revisaban las tomas, alguien del equipo abrió por accidente otra pestaña.
Silencio.
Pantalla congelada.
Y ahí, en letras grandes, apareció la interfaz de la app de citas.
Con una conversación abierta.
CoffeeLover – MrLogic 💬
El nombre de usuario brilló como una alarma visual.
Por suerte (o por desgracia), el mensaje que se leía en la parte superior era lo suficientemente ambiguo como para despertar curiosidad:
CoffeeLover: “Si no fuera por las batas, juraría que hoy te vi.”
Las cabezas se giraron al mismo tiempo.
Mariana sintió que el alma se le iba al piso.
—¿Eso… eso era el guion? —preguntó Valeria, tratando de salvar la situación.
—Sí. Claro. Una línea del nuevo contenido —balbuceó Mariana, cerrando la pestaña de golpe.
Adrián, que acababa de entrar con un café en la mano, la miró sin comprender.
—¿Qué pasó?
—Nada. Solo… un pequeño error técnico.
Pero el rubor en su rostro decía otra cosa.
Durante todo el día, la tensión fue palpable.
Mariana no podía dejar de pensar en lo cerca que había estado de ser descubierta.
Y Adrián notó su nerviosismo, interpretándolo todo mal.
En una pausa, se acercó con tono más serio.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Depende —respondió ella, intentando sonar casual.
—Desde que empezó la campaña, a veces siento que… cambias conmigo.
—¿Cambiar?
—Sí. Como si un día fueras completamente abierta y al otro, distante.
Ella parpadeó, confundida.
—Debe ser el cansancio —dijo finalmente.
—O el exceso de exposición —añadió él, medio en broma, medio en serio.
Hubo un silencio largo.
Un silencio incómodo, de esos en los que el corazón se acelera y la mente busca una salida elegante.
Ella lo miró, quiso decir algo, pero justo en ese instante Valeria apareció por la puerta:
—¡Urgente! El director quiere revisar el nuevo video.
Adrián suspiró.
—Modo avión emocional activado —murmuró, sin darse cuenta de que lo dijo en voz alta.
Mariana lo escuchó, y por primera vez en todo el día, sonrió.
Esa noche, él volvió a abrir la app.
Tenía un mensaje nuevo.
CoffeeLover: Día complicado. Casi me descubren un secreto.
MrLogic: ¿Y lo lograste ocultar?
CoffeeLover: Por poco. Pero no sé cuánto tiempo más podré.
MrLogic: A veces no ocultar las cosas es menos complicado que fingir que no existen.
CoffeeLover: ¿Hablas por experiencia?
MrLogic: Digamos que también tuve un día confuso.
CoffeeLover: Entonces brindemos —virtualmente— por sobrevivir a los malentendidos.
MrLogic: Hecho. Pero la próxima vez, café real.
Ella leyó esa última frase tres veces.
Sintió una corriente de emoción y miedo al mismo tiempo.
¿Y si realmente lo conociera?
¿Y si ese café ya había ocurrido… sin que ninguno lo supiera?