Caprichos del algoritmo

Capítulo 9: Sospechosamente familiar

La jornada empezó como cualquier otra, con café, correos y el eco de las notificaciones constantes de la campaña.

Pero algo en el ambiente había cambiado.

No era solo la atención del público, ni las cámaras instaladas en cada esquina.

Era la forma en que Adrián la miraba cuando pensaba que nadie lo notaba.

O el modo en que Mariana intentaba concentrarse en los informes, fingiendo que no sentía ese leve cosquilleo cada vez que él se acercaba.

El equipo estaba grabando una nueva cápsula sobre prevención y hábitos saludables.

Mariana daba indicaciones, y Adrián repasaba el guion con su seriedad quirúrgica habitual.

Todo iba bien hasta que él leyó en voz alta la frase final:

—“Porque un corazón sano también sabe reír”… —Hizo una pausa—.

Mariana, ¿tú escribiste esto?

Ella asintió, algo desconcertada.

—Sí, ¿por qué?

—No sé. Suena… familiar.

La forma en que lo dijo hizo que ella lo mirara con atención.

Ese tono. Esa pausa reflexiva.

Le recordó a alguien.

Pero no podía ubicar a quién.

—Tal vez porque tiene lógica —bromeó, intentando desviar el tema.

—O tal vez porque alguien más lo habría dicho igual —respondió él, con una media sonrisa que la descolocó por completo.

Durante el almuerzo, Valeria volvió al ataque con sus teorías conspirativas.

—Mariana, ese hombre te mira como si fueras su tesis doctoral.

—Valeria… —suspiró—, por favor.

—No, en serio. No has notado cómo se comporta contigo? Te escucha. Se ríe de tus bromas, aunque no sean tan buenas.

—Gracias por el voto de confianza —replicó Mariana con una carcajada.

—Solo digo que hay química. Y no de laboratorio, precisamente.

Mariana intentó restarle importancia, pero sabía que su amiga no estaba tan errada.

Había algo distinto en Adrián últimamente: más cercano, más humano.

Menos “doctor inalcanzable”, más “hombre que también se confunde y sonríe torcido cuando algo lo emociona

Esa noche, el intercambio virtual siguió su curso.

CoffeeLover: ¿Alguna vez has tenido la sensación de que conoces a alguien, pero no sabes de dónde?

MrLogic: Suena a déjà vu. O a destino. Aunque eso último me cuesta más creerlo.

CoffeeLover: A veces el cerebro reconoce lo que el corazón aún no procesa.

MrLogic: Esa frase me resulta… sospechosamente familiar.

Ella se quedó inmóvil.

No podía ser.

¿Coincidencia? ¿O…?

Al día siguiente, mientras revisaban el nuevo guion, Mariana dejó su celular sobre la mesa.

Una notificación emergió justo cuando Adrián le entregaba unos documentos.

El nombre brilló un segundo en la pantalla antes de que ella lo bloqueara con la mano, pero fue suficiente para que él leyera:

App: Mensaje nuevo de MrLogic.

El silencio se alargó.

Ambos fingieron no haber visto nada.

Ella siguió hablando de métricas y hashtags, y él, con su rostro perfectamente neutro, asintió como si nada.

Pero su pulso delataba otra cosa.

Y esa noche, cuando abrió la app, encontró su bandeja vacía.

CoffeeLover no había respondido.

Ni un solo mensaje.

Durante horas pensó si debía escribirle, si debía preguntar.

Al final, solo envió una línea:

MrLogic: “Creo que acabo de tener un déjà vu.”




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