Caprichoso destino

Capítulo: 5

Años antes. (Día 3):

Paula

El sonido de mi teléfono me saca de mi sueño, bufo y extiendo mi mano hacia mi lado, pero no hay nadie ahí, Isaac se ha ido, me siento en la cama sabiendo que ya es tarde, debe de estar trabajando, todo mi cuerpo duele, ayer no dormí prácticamente nada, ¿cómo puede levantarse temprano cuando pasamos toda la noche teniendo sexo? Tomo mi teléfono cuando sigue sonando y respiro hondo al ver que es Álvaro, hablé con mis padres, les dije que estaría lejos unos días, les conté sobre la traición de Álvaro, pero no he hablado con este y ahora me llama, dudo de si tomar la llamada o no hasta que esta se cae, pero segundos después comienza a sonar de nuevo.

—Debemos hablar —es lo que dice cuando tomo la llamada

—No, Álvaro, no tenemos nada de que hablar

—Paula mi amor, debes escucharme, déjame explicarme

—¿Qué me explicarás?

—Soy hombre Paula —cierro los ojos con su excusa —no podía esperar al matrimonio, ¿cuándo nos casaríamos? Tenía mis necesidades

—Lo hubiésemos hablado Álvaro —gruño apretando el teléfono —¿crees que no te deseaba? Si me lo hubieses dicho, si al menos lo hubieras intentado, yo

—¿Te habrías acostado con él? —me tenso con esa voz y miro hacia la puerta en donde veo a Isaac, no trae su saco ni corbata, cuelgo la llamada dejando a Álvaro hablando el cual me pedía disculpas y rogaba que volviera, bajo el teléfono con lentitud mirando al hombre de ojos verdes que ahora parecen negros

—Yo... Yo —tartamudeo sin saber qué decir

—Solo es una pregunta Paula —ríe caminando hacia mí —es normal que te hubieses acostado con él, el sexo hace falta —se sienta frente a mí sonriendo

—Bueno, yo

—¿Acabas de despertar? —asiento rápido —es casi mediodía, incluso ya tuve la reunión que te dije que tendría —él desabrocha unos botones de su camisa, mi mirada va a su cuello en donde veo una mancha, no hay que ser muy inteligente para saber que es de labial —¿sabes que me apetece? —me alejo de él cuando intenta tocarme —¿qué pasa?

—¿Tu reunión importante era una mujer? —me mira con el ceño fruncido —tienes una mancha en tu cuello de labial Isaac —él pasa su mano por este —¡por Dios!

—Oye —camino hacia el baño —¡Paula! —lo ignoro y entro a este, entro a la ducha y dejo que el agua caiga por todo mi cuerpo, ¿por qué estoy tan enojada? Paso las manos por mi rostro y me tenso cuando siento que tocan mi cintura

—Celosa —susurra en mi oído, intento alejarme, pero él me pega más a su cuerpo, es claro que está desnudo y se nota que está excitado —Paula —masculla besando mi cuello

—No estoy celosa

—No tienes que estarlo, no somos nada —trago el nudo que se hace en mi garganta y me giro hacia él —y aunque no doy explicaciones de mis actos y no me importan los celos de nadie te diré lo que pasó, sí, mi reunión era con una mujer —sus manos se mueven por mi cuerpo mientras habla —una rubia muy bonita y alta

—Te gustan las rubias al parecer —él ríe tocando ahora mi cabello rubio

—No hice nada con ella, lo intentó, me besó, pero —toma mi mentón y hace que mire sus ojos —tengo mis reglas

—¿Y esas son?

—Una de ellas es que no hago nada con empleadas ni con clientas y resulta ser que ella es una cliente importante —no sé si alegrarme o seguir muriendo de celos, es claro que si no hubiese sido una cliente hubiera tenido algo con ella —Paula

—Estoy cansada —suspiro alejándome unos pasos de él —me duele el cuerpo y tengo hambre —sonríe

—Nos ducharemos y bajaremos a comer algo

—Quiero quedarme aquí —pido con ganas de llorar

—Bien, te haré algo de cenar y luego veremos alguna película, mi trabajo por hoy terminó —solo asiento e Isaac vuelve a acercarse a mí, pero esta vez solo comienza a limpiar mi cuerpo con la esponja, me baña el mismo sin ningún interés sexual de por medio aunque sigue excitado, cuando ambos nos bañamos salimos del baño y es él quien toma la toalla y seca mi cuerpo, me es imposible no dejar de mirarlo mientras lo hace, parece estar luchando con el deseo que siente, pero no hace nada para tener sexo, me respeta lo que pedí y juntos salimos de ese baño, yo me quedo en la habitación mientras él desaparece hacia la cocina y entonces ahí mis ojos se inundan de lágrimas.

★★★

Actualidad:

Isaac

De entre tantas personas, ¿por qué ella? ¿Qué hace aquí? ¿Está con mi hermano? Las preguntas atormentan mi cabeza mientras camino hacia la cocina, siento odio, rabia e impotencia, jamás la busqué, aguanté mis ganas de hacerlo, podía haberla encontrado en un día, pero no lo hice porque no quería tenerla cerca, pasé los mejores días de mi vida con ella, sentí cosas que me hicieron tener miedo, no me gusta el compromiso, ni los celos, ni el amor y ella significaba todo eso, pongo mis manos sobre la meseta cerrando con fuerza mis ojos, tendré que contratarla, vivirá todo ese tiempo aquí en mi casa, la veré por cada pasillo y no estará sola, estará con Ángelo, vuelvo mis manos puños sabiendo que estoy haciendo el ridículo, pero no solo está ella, también esos niños, tienen la edad perfecta, son rubios como su madre, pero tienen los ojos verdes como yo, ¿son mis hijos? 

—Hermano —la voz de Ángelo me hace apretar los dientes —no me gustó la forma en que trataste a Paula

—Debiste decirme quien era —lo miro

—¿La conoces? —inquiere confundido y rápido niego

—Tiene niños Ángelo

—Son maravillosos hermano

—¿Son tus hijos? —él niega

—Conocí hace unos pocos años a Paula —sonríe —los niños no darán problemas, Oliver es algo celoso, pero él y Amy son muy buenos —mi cabeza quiere explotar, Oliver y Amy, así se llaman

—¿Qué edad tienen? —me acerco a Ángelo

—Seis años —mi corazón comienza a latir con fuerza dentro de mi pecho, seis años, podrían ser mis hijos, tienen una buena edad, ellos

—¿Y el padre? —mi voz sale mal, Ángelo suspira y se sienta, cuando me mira cambio la mirada, no queriendo que vea que todo esto me afecta




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