Caramelos de Café

CAPÍTULO 6: LO INEVITABLE

Claribel jugaba con una cuerda vieja. El demonio la observaba desde una sombra.

—¿Sabes? Mis papás ya no me despiertan rápido. Esperan más.

—¿Te molesta?

—No. A veces me gusta estar aquí.

—A veces ellos quieren ver si puedes quedarte más tiempo. Pero tienen miedo de que un día no regreses.

—¿Y si no lo hago?

El demonio se acercó, con la voz más suave que nunca.

—Entonces, te esperaré de este lado. Y no estarás sola.

—¿Duele morir?

—No. Lo que duele es lo que dejamos atrás.

—¿Y si no dejo nada?

—Entonces, todo lo que fuiste... vivirá en quienes te amaron.

Claribel temblaba aquella noche. El aire en la ciudad solitaria era más frío.

—¿Voy a morir pronto?

El demonio no mintió.

—Sí. Tu cuerpecito ya no puede más. Pero morir no es desaparecer. Solo es cambiar de habitación.

Ella cerró los ojos.

—¿Vas a estar ahí?

—Sí. Para tomarte de la mano cuando llegue el momento.




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