Me quede embelesada mirándolo, 1,80 de alto más o menos, tez blanca, cabello negro, tan oscuro como esa noche, y esos ojos azules o ¿son grises?, era como si agarran todos mis personajes literarios favoritos, los metieran en una batidora y lo crearan a él, estaba, pero para chuparse los dedos.
Alec empezó a fruncir el ceño y me di cuenta que no había respondido nada.
—Señorita ¿me escucho?, vine por Mateo.
—Si señor Garza, pase adelante, Mateo está en el estudio viendo una película, ya le aviso que usted llego.
Entre a la casa caminando lo más rápido que podía, me moría de la vergüenza.
—Mateo bebe tu papa vino por ti.
Mateo salió del estudio con una gran sonrisa y grito ¡lolito, llegaste!
—Silencio Mateo, no debes gritar te lo he dicho, ya es tarde ve por tus cosas.
Okay... y este hombre quien se ha creído, ¿Por qué lo trata así?, inmediatamente el semblante de Mateo cambio y corrió a mi habitación a recoger sus cosas, yo entre detrás de él.
—Discúlpeme un momento señor Garza.
Entre a mi habitación y Mateo guardaba su uniforme en su bolsito de oso panda, pero note que su seño estaba fruncido.
—¿Qué sucede bebe?
—Él no me quiele, siemple está enojado y ahola mi ninela se fue y toy solito —y empezó a sollozar, sin dejar de guardar sus cosas.
—Hey bebe, no digas que no te quiere, claro que lo hace, pero hay personas que son muy gruñonas, y además no estás solo jovencito, ¿y Dylan y yo que?
Mateo me miro con sus hermosos ojos azules llenos de lágrimas y trató de sonreír, me abrazo fuerte, y yo sentía mi corazón cada vez más chiquito, y sin evitarlo las palabras salieron de mi boca.
—¿Te gustaría que yo te cuidara todos los días? —sus ojos se iluminaron con emoción, pero luego negó con su cabecita.
—Lolito no va a quelel Nani, es una mala idea.
—No seas negativo, ¿te gustaría que te cuidara o no cielo?
—Ay nani clalo que si, selia diveltido tooodoos los días —dice agitando sus bracitos en el aire.
—Bueno entonces hablemos con él y lo convencemos.
—Está bien.
Recogí el bolso, lo cargue en mis brazos y salí a la sala, para mi sorpresa mi cuñada y Amy estaban instaladas hablando y tomando café con él ahora señor gruñón, pero a ellas les estaba regalando una enorme sonrisa, si no es porque lo estoy viendo no me lo creo.
—Permiso, siento interrumpir, señor Garza Mateo está listo
Alec me mira y se voltea hacia ellas.
—Bueno ha sido un placer conocerlas, gracias por el delicioso café.
Robyn estaba del color del comunismo y Amy sonriendo estúpidamente, a mi empezaba a caerme mal el señor, ¿sexy? Uff claro que sí, pero gruñón a fin de cuentas.
Camine con Mateo en mis brazos hasta llegar a la puerta de entrada, y me gire para que él lo cargara.
—No, bájelo, él sabe caminar señorita Ruiz.
—Increíble de verdad
—¿Cómo?
—Nada, olvídelo, Mateo almorzó bien, comió pollo con puré y plátano, lo bañe y durmió su siesta, hace un rato merendó leche y galletas, me fije en su cuaderno y su maestra no mando ninguna actividad, así que está listo para cenar y dormir.
—Perfecto, gracias por cuidarlo y lamento las molestias.
Tomo la mano de Mateo y empezó a caminar hacia su casa.
—De hecho, señor Garza quería proponerle algo.
Él se detuvo y me miro serio, siempre me miraba directo a los ojos, y eso me ponía de los nervios, como si estuviera presentando un examen, odio a este hombre.
—Usted dirá señorita.
—Bueno en vista de que Mateo no tiene niñera, yo podría ayudarlo durante un tiempo mientras usted busca a la persona adecuada, yo cuido de mi sobrino, así que por mí no hay inconveniente, ellos van a la misma escuela y practican natación los mismos días en el mismo lugar, no sé si le parecería bien.
—¿Y usted no trabaja señorita?
El tono despectivo con el que me lo dijo, como si yo soy una parasita, ¿acaso tú me mantienes cabrón?, respira Hannah, respira, que esto es por Mateo.
—Si señor Garza, tengo mi propio estudio fotográfico y lo extraordinario de ser la jefa es que manejo mi propio horario, así que eso es lo de menos.
Le hable tan déspota como el a mí, aaaaa y muérete que levante mi ceja izquierda a lo Kim Kardashian, ¡para que seas serio!
—Bien, entonces ¿cuánto cobraría usted por cuidarlo?
—Nada, si me ofrezco es porque quiero a Mateo y no me pesa cuidarlo
Aja imbécil A MI NO ME PESA CUIDARLO, pero a ti parece que sí.
—Bueno pues piense una tarifa, a mí no me gusta deber favores.
Hice una respiración profunda, señor dame paz, DAME PAZZZZZZZ, la necesito ahora, o voy a degollarlo con mis manos, lo juró.
—Pues ponga usted el precio señor garza, lo que sea está bien, total, las cosas por amor no tienen un precio.
Me baje a la altura de Mateo y le di un beso en su cabecita.
—Buenas noches bebe, duerme bien, en tu mochila esta mi tarjeta con mi número telefónico cualquier cosa dile a lolito que me llame.
Y sin esperar respuesta entre a mi casa y cerré la puerta, ¡JAQUEMATE GARZA, EN TU NARIZ
(Narra Alec)
Me dejo con la palabra en la boca, esta niña es una desubicada.
—Vamos Mateo a cenar y a la cama.
—Si lolito.
Lolito... ella también me llamo lolito, eso quiere decir que hablaron sobre mí, no sé cómo sentirme al respecto.
—Mateo, la señorita Hannah y tú ¿hablaron sobre mi hoy?