Caricias Perdidas

Capítulo 1

 

Suena la alarma indicándome que un día nuevo comienza, me estiro sobre la cama tratando de despertarme, pero la realidad es que amo mi cama, y a esta hora siempre esta tan calentita, pensándolo bien me quedare acostada... cuando estoy durmiéndome de nuevo mi sobrino entra gritando a mi cuarto.

 

—¡LEVANTATEEEEEEE! LLEGARE TARDE AL COLEGIO, ARRIBA VAMOS.

—¿Qué carajos haces aquí cuchufleto?, tengo mucho sueño, déjame en paz.

—Debes llevarme al colegio anda, mis papás tienen guardia en el hospital y no han llegado aún.

—Agrr ya voy, en mala hora se me ocurrió comprar un departamento al lado del de tus padres.

 

Me levanté a rastras y entre a la ducha, me di un baño rápido para despertarme, me vestí y salí hacer el desayuno de Dylan y el mío, a las 7:40 ya estábamos listos, subimos al auto vía su colegio, en el camino íbamos cantando a todo pulmón one way or another.

 

—Llegamos cuchufleto pórtate bien y presta atención por el amor a cristo, deja de hablar tanto con los muchachos, para eso tienen una hora de descanso.

—Ya tengo 8 años nena, yo sé lo que tengo que hacer —¿Acaba de guiñarme el ojo?... A no, se va a enterar.

—Mira necio, nena tus nalgas bájate y a estudiar.

 

Se bajó del auto riendo y lo veo entrar por la gran puerta verde del instituto, que insoportable era a veces, pero era el hombrecito de mi vida, coloqué el auto en marcha y seguí hasta mi entrenamiento de crossfit, mientras comía en el auto.

 

Salí del entrenamiento a eso de las 9 de la mañana y decidí pasar un rato por el estudio.

 

—Hola mamachonga ¿Qué hay?

—Hola mamasita, todo tranquilo, ¿Qué tal estuvo el entrenamiento?

—Matador, pero de eso se trata, ¿Cómo va todo?

—Bueno te informo, todo va sobre la marcha, los chicos están en una boda cubriendo todo el evento y yo tengo una sesión de fotos de un recién nacido dentro de dos horas.

—Adoro las sesiones de bebes, si no tuviera que ser niñera hoy me quedaría ayudarte.

—¿Otra vez te la hizo Daniel?

—Te juro que no sé porque carajos decidí comprar un apartamento junto al suyo, amo a mi sobrino con mi alma y Daniel se aprovecha de eso cada segundo.

—Te dijera que te mudaras, pero ya que yo vivo en el mismo piso que tú y que eres mi mejor amiga, te prohíbo que lo hagas.

 

Amy me sonríe pícaramente y estallamos en risas.

 

Daniel mi hermano mayor se mudó con mi cuñada Robyn y Dylan hace como un año al edificio, no paraban de hablar de las maravillas del complejo residencial, su propia piscina, centro comercial, parque para los niños y cancha de futbol, la extrema seguridad que tenía y pare de contar, Amy y yo somos amigas desde... en realidad no recuerdo mi vida antes de ella, creo que siempre ha existido, fue mi vecina, compañera del colegio y de la universidad, si, ambas somos fotógrafas, así que cuando decidimos irnos de casa de nuestros padres obviamente lo hicimos juntas, vivíamos en un pequeño apartamento, luego pedimos el préstamo al banco, montamos el estudio fotográfico hace 3 años y como ha dado ganancias, pagamos el crédito y pedimos otro pero esta vez para comprar un departamento, íbamos a comprar uno para las dos, pero apareció Andrés y todos los planes cambiaron, Andrés trabaja con nosotras, Amy lo conoció mientras cubría un desfile de moda, también es fotógrafo, se enamoraron como locos y decidieron casarse, así que tuvimos que dividir el préstamo ellos compraron uno y yo compre otro, porque los amo, pero estamos claros que vivir con una pareja debe ser horrible, que yo salga del cuarto y ellos estén en el sofá haciendo cochinatidas, mira de verdad que no, muchas gracias pero paso, en fin, mi hermano nos enamoró del edificio, así que lo hicimos, nos mudamos, al mismo edificio y en el mismo puñetero piso, solo hay 4 departamentos en cada piso y nosotros ocupamos 3 de ellos, buscábamos independencia, pero nunca estamos solos, nuestras puertas están abiertas casi todo el tiempo.

 

—Bueno mamachonga me voy, necesito una ducha y preparar el almuerzo para nuestro sobrino adorado antes de ir a recogerlo.

—Está bien sis, nos vemos en un rato —

 

Llegue a la casa a las 11 de la mañana, me duche, y prepare un puré de papa, Nuggets de pollo y plátano para el enano y yo una ensalada, que ya no me provocaba tanto con el olor de ese pollo, pero tengo que ser fuerte, faltan solo 2 meses para el verano y debo estar en forma para todos los trajes de baño que compre.

 

Revise mi celular y era la 1, me distraje y olvide recoger a Dylan que sale a las 12:30, ¡VA A MATARME!, tome las llaves del auto y salí de prisa, el instituto de Dylan queda a solo unos 5 minutos de la casa, así que llegue a la una y seis minutos, me baje del auto y entre corriendo al salón de espera, que es lógicamente donde esperan todos los alumnos cuando sus representantes se retrasan, Dylan odia ese lugar, al entrar lo vi solito en una silla, mi pobre niño.

 

—Dylan, mi amor lo siento, me distraje haciendo la comida y olvide la hora por completo, lo siento tanto.

—Está bien, no importa.

—¿En serio no estas molesto conmigo?

—En serio tía, tu nunca llegas tarde, además me distraje jugando con Mateo.

—¿Qué Mateo?

 

Dylan me indico que volteara y detrás de mi estaba un bebe jugando con sus carritos en el suelo, era Mateo nuestro vecinito, vive en el mismo piso que nosotros y es muy mono, tiene 3 años es blanquito y tiene el cabello negro azabache, y eso hace que sus ojos azules resalten aún más.

 

—Hola Mateo, ¿Cómo estas cielo?

 

El levanto sus lindos ojitos y me miro regalándome su hermosa sonrisa corrió y se tiró a mis brazos, mientras yo lo llenaba de besos.

 

—Hola Nani toy ben, ¿tu como ta?

—Bien mi hombrecito, ¿Qué haces aquí, porque tu niñera no ha venido por ti?




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