Caricias Perdidas

Capítulo 11

Alec

Días después de que llego el jodido ramo y tuvimos esa conversación tan esclarecedora, porqué sí, siento celos por Hannah, algo cambio en mi ese día; una noche los invite a cenar, solo los tres, comimos pizza a petición de ellos, había olvidado como se sentía esto, estar relajado, reír, desde que Alexa murió mi vida perdió el sentido, mi corazón dejo de latir; una señora en el restaurante no dejaba de alagarnos por nuestro pequeño y antes de irse nos dijo que éramos una hermosa familia, y yo le creí, es más lo anhele, quiero esto, quiero esta familia y la quiero con Hannah en ella, caminando descalza y con esos mini vestiditos que usa por toda mi casa, cuidando de Mateo, cuidando de mí y no voy a darme por vencido, ya no.

 

 

 Hannah

Siento que mi teléfono vibra en el bolsillo trasero de mi jeans, termino de acomodar la última foto que tome de mi cuchufleto y Alec cuando lo llevamos a las clases de natación y cojo mi celular para comprobar quien es.

 

Un mensaje de WhatsApp de Alec.

 

—Tengo el paquete, llegando en 5, llevamos hambre :p —

 

Esa es su manera de decirme que ya viene con Mateo de las clases de natación y que haga merienda, tecleo rápido la respuesta.

 

—Todo listo, trae leche que se acabó —

 

Al minuto llega su respuesta.

 

—Claro nena, que nadie diga que tengo a mi chica falta de leche ;) —

 

Lo mato, yo lo mato, ahora le busca el doble sentido a todo, no sé qué le pasa, pero lo prefiero así que el Alec insoportable de antes, decidí no responderle, por qué no sé qué carajos se responde a eso, si sigo mi subconsciente le diría algo como "trae acá tu leche de buena calidad que traigo sed", pero entonces quedo como la zorra del año y mejor no.

 

Ya deben estar estacionando abajo, así que les sirvo los waffles con frutas y miel de merienda, cuando estoy terminando entra mi cuchufleto como un terremoto corriendo hasta mí, lo cargo y lo lleno de besos por todos lados.

 

—¡¡¡No puede ser!!! te extrañe demasiado, ¿Cómo te fue? —le digo mientras lo siento en su sillita de comer.

—Bien nani, hoy nale tooooola la piscina es glandototoooota —me responde y sin perder tiempo empieza a devorar todos los waffles.

—Hola, yo también te extrañe demasiado, aquí traigo la leche —me dice mientras sube y baja sus cejas sugerentemente, luego me abraza y me da un beso en el cuello que me eriza la piel, no puedo evitar sonrojarme y él se ríe.

—Hola a ti también, siéntate que se va a enfriar —le digo, porqué es todo lo que logró decir, estas actitudes de él me confunden y me ponen el corazón a mil por hora, hasta dejo de tener una conexión cerebro boca coherente.

 

Cuando terminan de comer Alec le lava las manos y la boca a Mateo, lo deja viendo televisión en mi cuarto y luego viene hasta mí.

 

—Necesitamos hablar —me dice con tono serio.

—No me asustes, ¿Todo está bien?

—Pues no lo sé, todo depende de lo que tú opines de lo que voy a decirte.

 

¡Mierda! Esto pinta mal.

 

 

Alec

Estoy en la clase de natación de Mateo, y mientras lo veo nadar llegan los recuerdos a mi mente de esta última semana, me encanta tener un motivo por el cual volver a casa, Mateo y yo ahora somos parte de algo y todo gracias a Hannah, esa mujer ha cambiado nuestras vidas, nos abrió las puertas de su alma, de su vida sin esperar nada a cambio, eso solo demuestra lo maravillosa que es, solo un ciego dejaría escapar a una mujer como ella, y yo no seré ese ciego precisamente, en esta semana que nos hemos reunido mucho con su familia, me he dado cuenta que su cuñada y su amiga Amy hacen lo posible por juntarnos, no sé cómo Hannah no lo nota, pero yo soy abogado, lo mío es analizar y observar, y ellas son demasiado obvias, pero eso lejos de molestarme me agrada, significa que en ellas tengo unas aliadas, voy a  conquistar a Hannah, voy a conseguirle a mi bebe la mejor madre que pueda tener.

 

Mientras me debato si llamar a Robyn para decirle lo que siento y pedirle consejos vibra mi celular, lo sacó del bolsillo y compruebo que es Bruno.

 

—Qué raro tu llamando, ¿Qué sucede?

—Pues deberías agradecerme, mi llamada es un comodín que voy a regalarte, así que feliz cumpleaños adelantado cabronsote —me dice Bruno riendo.

—No entiendo nada así que explícate.

—Hace unas semanas que me estoy acostando con una linda secretaria del departamento de servicios sociales estatal —me dice e inmediatamente lo corto.

—¡Eeee Bruno!, ¿Y a mí eso que demonios me importa?

—Pero siquiera deja que termine cabronsote, el asunto es, que le saco información sobre mis casos y hoy le mande averiguar sobre los movimientos de la licenciada toca pelotas que lleva el caso de Mateo, ¿Y qué crees?

—Pues no sé, ¡Habla de una vez hombre, que me va a dar algo! —lo escucho reír al otro lado de la línea.

—Pues amigo mio la señora tiene programado aparecerse mañana por el colegio y luego por tu casa, mañana es una de las dichosas visitas sociales sorpresa, así que feliz cumpleaños a ti, tienes bastantes horas para organizar todo y que no encuentre nada negativo.

 

Sin palabras, Bruno ha salvado mi culo y jodidamente lo amo por eso.

 

—Sabes que has salvado mi vida ¿No?, creo que podría besarte justo ahora —Escucho como ríe fuerte.

—Oh pues me alagas Alec, pero no eres mi tipo, te falta un buen par de tetas y menos barba, pero te acepto un trago en compensación —me responde jocoso.

—Hecho hermano, te lo debo, de verdad gracias —después de un par de palabras más colgamos.

 

Llego el día de la dichosa entrevista, pero yo tengo la ventaja, concéntrate Alec, eres abogado, tu sabes que estas tipas buscan que el niño tenga todo tipo de estabilidad;




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