Caricias Perdidas

Trilogía Caricias

La trilogía caricias consta de tres libros que significan mucho para mí, en ellos plasme mis sueños y anhelos mas sinceros, sin imaginar que un día estos serían leídos por miles de personas, estoy orgullosa de ellos, de como han crecido y en lo que se han convertido, espero que puedan leerlos todos algún día.

Trilogía Caricias.

Libro 1. Caricias Perdidas

Libro 2. Caricias Olvidadas

Libro 3. Caricias Rodabas

Aquí les dejo un pequeño adelanto de lo que sera el segundo libro, este es una historia diferente no pertenece a ninguno de los personajes anteriores pero al igual que esta novela esta llena de amor y segundas oportunidades.

 

Caricias Olvidadas

Sinopsis

 

¿Que haces cuando lo has perdido todo, cuando todo lo que amabas ya no existe? Eso se preguntaba María Carbajal cada día desde que esa tragedia le arrebató la vida a su familia. — Huir, eso es lo que tengo que hacer, tomar un avión y dejar todo atrás. Lo que ella no esperaba era conocer a Martín Monrreal un hombre al que la vida lo ha golpeado tan fuerte como a ella, dejandolo viudo con una pequeña de solo 5 meses. Dos almas rotas y abandonadas se encuentran en un torbellino de pasión y secretos.

 

Adelanto

 

¿Saben la canción de J—Lo, dinero? Pues resuena en mi mente todo el trayecto. Dinero, esta familia destila dinero por los poros, su casa está ubicada en un conjunto privado sobre una colina, a medida que avanzamos en el auto puedo ver una casa más despampanante que la anterior, seguramente esta gente sabe de etiqueta, conoce para qué sirven los trillones de cubiertos de la mesa y yo, bueno, el tenedor me sirve para todo.

 

Llegamos a un gran portón negro que abrió sus puertas luego de que la señora Carlota tocara la bocina del auto, yo siempre he sido amante del drama y las novelas, es algo que las latinas amamos, el típico cliché de la chica sin recursos que encuentra a una abuela millonaria, o al amor de su vida, yo me resigné con lo del amor de mi vida, así que ahora espero por mi abuela millonaria perdida, en fin, que me lío, la casa de revista totalmente, blanca, inmensa e imponente, en la entrada al bajarnos esta un hombre trajeado que recibe las llaves del auto y se va a estacionarlo, mientras otro toma mis maletas, la señora Carlota engancha su brazo con el mío y me guía hacia la casa, al entrar noto de inmediato que la decoración la hizo un profesional, me siento en uno de esos programas de decoración que mi mamá amaba ver, todo es hermoso.

 

—Bienvenida a mi hogar preciosa.

 

—Es hermosa, muchísimas gracias señora Carlota por esta oportunidad.

 

—Dos cosas antes que nada, el señora para otra gente, me haces cien años mas vieja cada vez que lo dices; y segundo, gracias a ti por aceptar María, tu necesitas un trabajo y nosotros ayuda, así de sencillo.

 

Me mostró toda la casa, a pesar de parecer tan ricos, no tienen muchos trabajadores, están el señor Jorge el chófer y José que es como un ayudante y reparador, la señora Ana que se encarga del aseo de la casa, sin chef como imaginé, ni ama de llaves, ni nada de eso, son personas con dinero, pero sencillos, eso me gustó, me sentí a gusto.

 

—Ya has conocido a todos, has visto la casa y tu nueva habitación, es momento de presentarte a mi nieta.

 

Dejé mis cosas sobre la cama y la seguí fuera de mi habitación, después tendría tiempo de sobra para admirarla y ordenar todo, la habitación de la bebé está junto a la mía, muy conveniente para atenderla durante la noche. Al entrar todo es rosado, un cuarto digno de princesa, su cuna blanca reposa en el centro de la habitación, del techo cuelgan pequeñas nubes blancas, al fondo hay un enorme ventanal que deja ver la piscina y el jardín trasero, un cuarto de ensueño.

 

—Ella es Alana, mi nieta tiene cinco meses como te comenté.

 

Nos acercamos a la cuna y veo por fin el rostro de mi nueva jefecita, y es hermosa, está plácidamente dormida, con los cachetitos más lindos, gorditos y rosados del mundo, parece más pequeña que cinco meses.

 

—Es tan pequeñita —susurro con miedo de despertarla.

 

—Fue un parto prematuro, nació seis mesina, es un milagro que allá sobrevivido.

 

Vuelvo a mirarla, pero esta vez con otros ojos, es una guerrera y se que será un placer cuidar de ella.

 

Deslizó suavemente mi dedo indice por su gordito cachete, es tan suave, y huele delicioso, ese olor particular que tienen los bebes.

 

—Es una guerrera señora Carlota.




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