TENTACIONES
Desperté con una linda sensación, recordando el beso, anoche no pude, las ganas pudieron conmigo, mi primer beso me lo dio mi pareja destinada, y me sentí de maravilla, como en una montaña rusa, que volaba alto, las mariposas en mi estómago, mi corazón acelerado y una calentura que recorrió todo mi cuerpo.
El mejor beso de mi vida, pero claro, siendo el único no se mucho de besos. Pero ahora siento celos, pensando en que todo lo que aprendió allá, lejos de mí, con otra, con muchas. Y yo aquí dándole mis primeras veces.
Mis buenos pensamientos fueron a otros rumbos y me levante con un gruñido, cargaba una bata fina que me llegaba dos dedos más abajo que mis glúteos, nunca necesite nada más largo ya que solo me ponía poca ropa cuando estaba por ir a dormir, mientras menos ropa tuviera mejor.
Me mire en el espejo que tenía guindado en la pared al frente de mi cama, mis cabellos claros alborotados, y efectivamente, tenía pecas en mi rostro, me las toque recordando las caricias de Daven la noche anterior.
- Le gustaron mis pecas – me dije con una sonrisa en el espejo – Eres cruel, quieres conquistarme pero te lo hare difícil – Que decidida lo dije – Pero mientras allá mas besos como esos…
Me lancé a la cama pataleando de alegría, ese hombre altera mi corazón, fue un poco intimidante en la noche pero eso me encanto ¿será que si le importo? Sonara estúpido, se supone que cuando encuentras a tu mate es casi imposible separarte por propia voluntad, para él fue tan sencillo.
- ¿Habrá sufrido? – me encogí de hombros, no tenía una respuesta.
- Anni… - grito Rubí del otro lado de la puerta haciéndome brincar – Despierta, ya Daven se fue…
- ¿Se fue? – pregunte sentándome en la cama, mi amiga abrió la puerta y entro.
- Si ¿Por qué esa cara? ¿te molesta?
- No – trate de fingir – mejor que no esté aquí, quiero tranquilidad…
- No podemos, vístete que mi mama llego, dice que debemos seguir hiendo a clases…
- ¿En serio? – ella asintió – No hay manera…
- Pues por mi está bien – dijo sonriente.
- Ya sé porque, picarona – le guiñe un ojo y le di un golpe.
- No es lo que estás pensando…
- Entonces puedo decirle a mi compañera que un tal Kai está 100% soltero.
- No lo harías – dijo la pobre sorprendida.
Kai es un chico asiático que estudia en nuestro colegio, el alto y delgado, y muchas están loca por él, su punto encantador es su blanca sonrisa, un día Rubí me conto que le gustaban sus ojos, la verdad a mí no tanto, pero el chico no está nada mal. Estudia el mismo año que yo pero en otra aula, desde que llego se hizo cercano a mi amiga, pero no llegan más allá, mi amiga quiere guardarse para su mate y el es solo un humano.
- No me tientes…
- Lo haces y te mato.
- Rubí, porque no das el primer paso, aunque sea dale un pequeño beso…
- Lo dice la que nunca ha besado a nadie.
- Eso es cosa del pasado – mi rostro cambio, lo note por la expresión de mi amiga.
- ¿Con quién te besaste? No me dijiste antes – grito – eres la peor, se supone que debo ser la primera en saber…
- Y lo eres, no te alteres.
- Está bien ¿con quién?
- ¿Cómo que con quién? con Daven pues – se carcajeo.
- Ya era hora…
- Ya te conté, ahora dime tu…
- Pues no sé, me gusta mucho pero siento que estaría traicionando a mi mate…
- Pues yo tengo otro pensamiento. Mientras que tu mate aparece y tú te trasformas porque no experimentas, aprendes de los demás, eso es lo que hizo tu hermano – dije con celos.
- ¿Él te lo dijo?
- No, solo lo sé, porque el beso fue tan… – temblé de tan solo pensarlo.
- ¿Y qué pasa?
- ¿No es obvio? ¿Cuántos años tiene el?
- 28, pero eso que…
- Que de seguro habrá estado con varias allá donde estaba…
- No lo había pensado – dijo pensativa poniendo un dedo en su barbilla. - ¿Crees que Kai ya haya estado con alguien más?
- Seguro que sí, tiene casi 17 y tu 14…
- Sabías que ustedes cumplen el mismo día…
- Sí, me lo dijiste una semana después de conocerlo, y otra cosa, él tiene aquí menos de un año, por lo tanto de donde sea que vino, tenía una novia…
- Pero eso no me debe importar, solo será un experimento ¿no? mientras el tiempo pasa – sacudió su cabeza y se fue de mi cuarto.
Al fin sola me vestí y metí mis cuadernos en la mochila. En el colegio teníamos que llevar uniforme, pero yo arregle el mío para que no se viera tan feo, dándole mi toque, igual a mi bolso, ya me gustaba cuando lo compre, mejor dicho, cuando me lo compraron los padres de mi amiga, pero después de un tiempo le fui agregando mi toque personal.
Me subí mi falda, un poco más corta que la de las demás, no era de usar faldas, pero como estaba obligada y me gustaba mostrar mis blancas piernas, pues no había de otra, y quería que estas agarraran un poco de color, pero no, igual era mi mejor atractivo.
Y así, cuando llegara de las clases y Daven me vea, lo torturaría un poco ¿Que me pasa? yo nunca he tenido la necesidad de hacerlo, pero con él, pues, siento cosas. Deje de pensar en boberas y baje, estaba la señora de servicio entregándole su desayuno a Rubí, me vio y me entrego el mío, se despidió de nosotras y después salimos con Ramón.
En todo el camino hasta el colegio Rubí estuvo callada, y no interrumpí su conversación interna, yo también tenía mucho de lo que pensar.
*Anni*
“Dime mi lobita hermosa”
*Daven*
“¿Qué pasa?”
*Lo extraño*
- Por favor cálmate – dije, tarde me di cuenta que había hablado en voz alta, mire a los lados, ignorando un la mirada de Ramón.
- ¿Qué pasa? – me pregunto Rubí.
- Este…nada – reí tratando de disimular.
Y las clases estuvieron igual que siempre, aburridas, me reuní con mis compañeras, y hablamos de muchos chismes, todos relacionado con Daven, lo bueno que estaba, todo un hombre atractivo y deseable… Infinidad de cosas, me molestaba pero no les gritaría que se callaran.