Carita De Ángel

CAPITULO 25

LA VERDAD DUELE

 

 

- No te atrevas – Anni lo señalo alejándose.

- ¿Atreverme a qué?

- Vete, te dije que no quiero.

- Pero no pasara nada solo… Te voy a confesar algo.

- No, no quiero escucharlo.

- Entonces no digo nada, pero concédeme eso.

- ¿A cambio de?

- Mi amor incondicional.

- ¿Tan poco?

- ¿Qué más quieres? Te doy mi vida, mi alma, todo yo soy tuyo.

- Nunca has sido mío – dijo Anni pensando en Bárbara, le costaba mucho no imaginarse miles de escenas del pasado, y no entendía porque no solo lo olvidaba, lo intentaba, pero siempre llegaban a ella.

- Ahora lo soy, lo juro por…

- NO…

- Anniii – hablo como un niño pequeño al que no le dan su juguete favorito – Perdóname ¿sí? – ella callo. – Mejor te hablo con la verdad, pero tienes que escucharme.

Ella tuvo una pelea interna, donde su loba no aportaba nada tan bueno, se enderezo y lo miro, sabiendo que él no se haría así como así se sentó a la horilla de la cama, agarro una almohada y la puso en su regazo.

- Bien – dicho con reproche – Que sea rápido, quiero dormir.

- Lo hare como desees, lo que mi reina quiera…

- Habla pues o te vas…

- Bien, bien. Con la verdad. Ya te había dicho antes que cuando supe que mi padre estaba de acuerdo en mandarme lejos sentí que el mundo estaba en mi contra, me engañaba a mí mismo al decirme que si me alejaba por un tiempo… - Callo un momento – Bueno, lo que paso es que me fui, derrotado, siempre había sido tímido, penoso para todo, no tenía amigos y me parecía mejor no socializar, pero siendo hijo de quien soy en muchos momentos me tocaba… - Anni se limpió las uñas en señal de aburrimiento. – Bueno, esto no era lo que quería… en mi cabeza todo sonaba mucho mejor – ella suspiro sin mirarlo. - ¿Estas bien?

- Lo estoy, ahora habla – respondió con fastidio. Daven hizo una línea con sus labios, tratando de poner en orden su cabeza.

“¿Por qué me está costando tanto?” pensó

- Cuando llegue allá, a la primera persona que conocí fue a ella – la miro esperando su reacción, pero ella solo subió los pies a la cama y los entrelazo.  – Lo primero que descubrí es que era una persona muy conversadora, todavía lo sigue siendo, y un poco rara, pero agradable, me dijo donde quedaba mi apartamento y me invito a una fiesta, que me presentaría a sus amigos, así no me sentiría tan solo, Lo primero que pensé fue “No iré, detesto esas fiestas” Pero cuando llego el fin de semana y ya que había pasado días encerrado, solo me arme de valor y me vestí para ir.

- ¿Entonces? –pregunto como si no le importara.

- Si conocí a sus amigos, todos agradables, me hicieron sentir que pertenecía allí, no les importe quien soy, solo, después de días lentos, me hicieron reír. Me pasaron un vaso con una bebida, por un segundo sospeche y me imagine muchas escenas, después me dijo que estaba rodeado de mis hermanos, mis compañeros, todo podíamos ser uno. Bebí tanto que me reía de cualquier bobera, fue raro para mí pero me gusto, estaba mal pero era llevadero. Ahora que lo pienso puede que le hayan puesto algo más al baso, pero esa noche me dio igual

<< La verdad ya no me acuerdo poco, me hicieron bailar hablar mucho y hasta jugar, en pleno juego se confesaron cosas, hable con ellos de ti, uno de ellos le dio igual mi situación, los demás si fueron más amables y me preguntaron más sobre el tema. Siendo Bárbara la primera que había conocido me inclinaba más a su compañía, nunca se me ha dado bien conocer las personas, al menos por mi cuenta, la mayoría es por trabajo, por obligaciones y eso>>

Anni se interesó, quería saber más pero lo disimulo bastante bien. Acomodo las almohadas a la encimera de la cama quedando medio sentada descansando su espalda.

<< Estaba yo hablando como nunca lo hice con nadie cuando todo se volvió negro, no sé si fue al rato, escuche las voces de ellos riendo y que me alzaban, me golpearon en la cabeza con la pared – Rio recordando la escena tan penosa – Me dejaron en la puerta de mi apartamento y escuche a Bárbara correrlos, que ella se haría cargo de mí. Tan inocente en ese tiempo, me llevo hasta la cama y después ya la tenía encima besándome y tocando mi cuerpo>>

- ¿Cuánto tiempo tenías de haber llegado?

- Una semana.

- Eres el peor, en una semana ya estabas revolcándote con esa – como sus pes estaban más cerca de él empezó a darle pequeñas patadas sacudiéndolo.

- Déjame terminar – dijo tratando de esquivar sus patadas, luego rindiéndose se sentó en el suelo, donde tenía una mejor visión de ella.

<< Ella me besaba y sentía mi cuerpo pesado, como si se negara a despertar a pesar de mis esfuerzos, no sé si sería algo que le pusieron o solo la borrachera que no sabía manejarla en ese entonces. Lo cierto es que me deje, ni siquiera sabía besar y a ella parecía no importarle, es como si quisiera corromperme>>

- ¿Entonces tú no podías pararla? – lo miro mal.

- No encuentro una mejor forma, una donde no salgas lastimada.

- No puede lastimarme algo que no me importa – dijo con dureza.

Daven se quedó sin aliento, sin palabras y con una tremenda raja en su sensible corazón. Quedando claro que debía esforzarse mucho más con ella, unas simples palabras y besos no lo aceptarían, y no había actuado como debía con ella. Por su mente paso la escena de la coche donde atentaron con la vida de los dos, estaba dispuesto a morir por ella, pero eso no lo sabría Anni, era un sentimiento que se guardó, por unos cortos segundos ya se veía diciendo adiós con la certeza de que ella viviría.

Suspirando siguió.

<< Estuvimos juntos, cuando me pude mover no la separe, hice todo lo contrario – Le dolía pensarlo – En ese momento no pensé en nadie, ni en ti ni en mi familia, ni los estudios ni nada, y se sintió maravilloso >>




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