Carita De Ángel

CAPITULO 32

PEQUEÑAS VACACIONES

 

 

Dos días habían pasado ya desde que el alfa Cenon los había visitado, muy tranquilos para la intranquilidad de Daven, pero nada lo detendría para lo que haría. Faltaba una hora para las 5 de la tarde cuando llego al cuarto de Anni y le pidió que lo acompañara.

- ¿A dónde? – quería saber ella, pero se negaba a decirlo.

- Solo ven, te recompensare…

- Si me dices a donde…

- Vamos princesa, será algo importante para los dos – la sostuvo en sus brazos como una delicada flor y la beso.

Ella era feliz con todo lo que hacía Daven, sus caricias, sus besos y la sonrisa de enamorado que le dedicaba, asique sonriendo se dejó arrastrar hasta fuera de la casa, se sentó de copiloto en el auto y empezó su interrogatorio, tratando de sacarle información.

- Bien, eres intensa ¿lo sabias?

- Lo sé, ahora dime…

- Bárbara vendrá a unas mini vacaciones junto a su esposo y sus hijos… - Él se quedó a la espera de que dijera algo pero ella solo miraba al frente. – La invite y acepto, tenía pensado una distracción…

- ¿No pensabas decírmelo?

- Si…

- ¿Tengo que aguantar todo eso de ustedes?

- Ya te dije que solo somos amigos – dijo con fastidio.

- Lo sé pero me cuesta entenderlo y ahora me sales con que vendrá ¿Acaso ya llego a la ciudad?

- Viene en camino, nosotros la pasaremos buscando y le daremos la bienvenida…

- Muy bien – parecía molesta.

- ¿No dirás más nada? – se extrañó él.

- No – se cruzó de brazos – Ya es momento de conocer a tu ex.

- No es mi… - cayo y negó, con ella siempre era difícil.

Cuando estaban por llegar al aeropuerto Anni empezó a preguntarle sobre ella y su familia, sentía interés por la mujer por más que se lo negara y celos de que conocía a su hombre más de lo ella lo hacía.

Cuando el carro se estaciono ya se sentía preparada y justos caminaron por las grandes salas repletas de personas, el ambiente agridulce y los cuerpos sudados se metían en sus fosas nasales. Daven la sostuvo de la mano conduciéndola hasta donde su amiga Bárbara estaría.

- ¿Tiene tu edad?

- Si princesa - se había acostumbrado a decirle así.

- 30 años – dijo pensativa – Me llevan 13 años de experiencias vividas juntos, 13 años donde desapareciste…

- No pienses en eso mi amor, estamos aquí juntos – beso la palma de su mano – Y a pesar de lo insoportable que te has portado  te amo y lo hare por el resto de mi vida… - la abrazo para reconfortarse, pensando él en el pasado y lo diferente que hubiese sido si sus decisiones hubieran sido diferentes.

- Allá esta – grito alguien – El tío llego.

Dos niños pequeños se acercaron y se abalanzaron a sus piernas, haciendo tambalear a la pareja.

- Tío, que diferente estas – dijo el mayor desde abajo.

- Cárgame – le dijo otro más pequeño alzándole los brazos, Daven lo hizo y el niño sobo sus pómulos.

- Daven – dio un hombre acuerpado y con barba – Que gusto verte nuevamente…

- Y a ti amigo – le sonrió y chocaron las manos - ¿Dónde está Bárbara?

- Esa mujer viene casi que explota – sonrió y miro por donde había venido, encontrándose con una mujer de cabello largo y negro, tatuajes visibles y una gran panza. – Amor, apresúrate.

- Vuelves a decir algo parecido y por la Diosa Luna te mato – caminaba con dificultad – Daven – dijo sin aliento – Me alegro verte – lo abrazo con la barriga de por medio.

Daven la saludo y masajeo unos segundos su panza.

- Aquí no hay una bebe, debe haber como tres…

- Siento como si fueran tres – dijo esta limpiándose el sudor que no tenía – Esta nena me tiene ballena,  se me hincharon los pies.

- Antes de partir, chicos. Ella es Anni – la empujo suave hasta dejarla delante de él – Mi mate, mi hermoso ángel.

Bárbara la abrazo como si fuera toda una anciana y se alegró de conocerla, cosa que dejo sorprendida a Anni que sonreía con cortesía y se sentía un poco extrañada por la atención, su amigo lo felicito que al fin se decidiera y lo llamo idiota por todo lo que la había hecho pasar.

El camino de regreso a la manada fue muy cómoda, los tres adultos hablaron de un sinfín de cosas y a Bárbara le agrado Anni, y lo mismo con ella, le pareció una persona muy alocada y agradable, no podía sentir ningún tipo de odio hacia ella y viendo lo feliz que se veía con su pareja y sus hijos ya hasta se le cruzo por la cabeza darle un cachorro a su Daven.

Sabía muy bien que él quería hijos, quería todo con ella pero la decisión estaba en sus manos, y ahora estaba más que decidida.

Se hizo una pequeña bienvenida donde algunos de la manada se acercaron para conocer a la amiga del alfa, por la noche cuando todos se fueron a dormir, Daven se metió al cuarto de Anni en ropa negra.

- Prepárate, esta noche se hará el traslado – asustada y nerviosa corrió por todo el lugar buscando que ponerse.

Y se podía decir que la operación fue todo un éxito, muchas madres le deseaban larga vida a Daven y lo llenaban de bendiciones por haberlas ayudado en su miseria. A la pobre Anni también la llenaron de bendiciones, diciéndole que le esperaba una prospera vida al lado de un hombre tan generoso y lo afortunada que era, haciéndola sentir realmente así.

La adrenalina que Anni sintió al dejar pasar a todas esas personas el límite iba en aumento, pero se reconforto al saber que todo había sido un éxito. Cerca, en una parte del bosque que los provee de comida y agua los dejaron, en una gran cueva entre una cascada donde tenían abrigos y carpas, montones de medicina y tres personas de confianza que las ayudarían, todavía tenían trabajo que hacer, les faltaba trasladar a los heridos pero por esa noche ya habían tentado mucho al destino.

Se despidieron de una Diana que dijo que pondría todo su empeño en ayudar a esas personas, tenía urgencia por hacerlo y mientras más ayuda tuviera Daven mejor, Anni lo tranquilizo diciendo que era de confianza y juntos corrieron zigzagueando entre los troncos de los arboles hasta llegar al patio de la casa, desde la distancia se notaba la tranquilidad, solo la ventana de Rubí estaba encendida.




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