Buena vista al futuro
Anni a lo lejos vio a su pareja llegar a la manada junto con otros hombres desconocidos, se preocupó hasta que vio un rostro conocido, y solo cabía confusión en su cuerpo, pero se quedó apartada viéndolos reunirse un poco alejados de todo el mundo, en una casa sin casi paredes. Al parecer empezando una reunión.
Rubí llego totalmente alegre, casi brincaba de alegría y eso llamo la atención de sus padres que se acercaron para saber, justo ella estaba también cerca y al escuchar la palabra mate se emocionó por su amiga.
- He encontrado a mi mate, mama, papa. Lo mejor de todo es que siempre estuvo a mi lado, me hizo creer que era humano, pero no podía ser que lo que sentía fuera falso, al fin se de él, estoy tan molesta pero muy feliz también – lloro de alegría – Mi Kai es mi mate.
- ¿Kai? – Pregunto Anni – ¿El mismo que conocemos…?
Lo había visto con sus propios ojos, pero quería pensar que era mentira, pero no, era el mismo chico amable y guapo de que su amiga se había enamorado años antes, ahora solo le podía desear la felicidad que tanto ella anhelo, que ese tesorito que es su amiga tenga mucho más de lo que ella jamás tendrá, nada en su vida era tan perfecto como desde el momento en que paso a pertenecer a esa familia tan especial.
- Estoy feliz por ti – lloro junto a ella, recordando los días después de la marcha de Kai tiempo antes – Lo que no entiendo es ¿Qué hace aquí? Imagino que siempre supo lo que somos, canalla – sus ojos se volvieron una línea – Bien engañadas que nos tuvo. - rio.
- Sí, estoy muy molesta. Pero mami, papi, su padre lo envió – empezó a comunicar – Su padre es el rey, según lo que dijo siempre nos estuvo vigilando, quieren hablar con mi hermano sobre el ataque que recibimos de la otra manada…
- Entonces, es mejor que me acerque – y se marchó en dirección donde Daven estaba reunido con Kai.
Mientras la reunión continuos las dos mujeres le hacían preguntas a la menor. Después de horas todos volvieron al trabajo de reconstrucción sin ayuda de su alfa que seguía ocupado.
El padre de Daven, Orlando, se unió a la reunión y fue bien recibido. Las mujeres veían a su alfa más serio que nunca, pero con expresión relajada, el miedo que un mal alfa había sembrado al atacarlos ya no podía ser borrado de sus corazones, y no dejaban de preocuparse por todos y temer por el futuro de sus hijos.
Cuando en el cielo empezó el atardecer los hombres dieron por terminada la reunión, y quienes acompañaba a Kai se hicieron a un lado mientras su alfa se alejaba un poco para hablar con Daven y su padre.
- Señor, he venido a su manada por dos propósitos, de uno ya está enterado y el otro es muy personal…- Miro a Daven y luego al más viejo- Y ese motivo es su hija Rubí.
Los dos a pesar de ya saber no dejaron de sorprenderse.
- Siempre supe que ella era mi mate pero que no la podía tener, todavía era joven y ella aún más, tenía un deber que cumplir y no podía revelar mi procedencia…
- No tienes por qué excusarte, hijo- dijo en tono paternal- Te entiendo perfectamente, y solo puedo alegrarme de que ella allá encontrado al fin su mitad… No hay nadie más perfecto para ella.
Kai dejo salir todo el aire que estuvo comprimiendo desde el momento en que el hombre empezó a hablarle, podía presentir cerca una inmensa felicidad.
- Me gustaría tener la bendición de los dos, y presentarla a mi padre como es debido…
Daven suspiro y hablo por fin.
- Tienes mi bendición, quiero lo mejor para mi hermana como también con la manada, pero esto es algo que debes hablar con mi padre así que yo me retiro y los dejo hablar…- Le dio una última mirada su padre y se alejó.
Daven fue a reunirse con su esposa y amor de su vida para contarle el la nueva buena, encontrándosela solitaria, meciendo al pequeño en una cuna improvisada bien embojotado para que el frio de la noche no enfermara al recién nacido.
- Aquí estas mi pequeña- Dijo con ternura abrazándola por la espalda y depositando un beso en la nuca de Anni haciéndola estremecerse.
- Me alegro que todo esté bien, no podía dejar de preocuparme por la visita inesperada ¿Todo bien?
Pregunto volteándose para quedar de frente a él.
- Todo bien- le sonrió mirándola con amor- ¿Te he dicho que eres como un ángel en mi vida?
- Lo se mi amor lindo, soy lo mejor de tu vida…- dijo con galantería- Nuestro hijo también, se parece tanto a su madre.
Dijo sabiendo que era la copia exacta de su padre.
- No quiero desilusionarte querida, pero ese bebe no se parece en nada a su madre, sabes bien que es igual a mí- le siguió el juego.
- Puede que no se parezca a mi ahora, pero cuando crezca y tenga mi actitud, pobre de usted…
- No trates de defenderte – se le burlo- Cuando tengamos una niña si será igual a ti…
- El destino hace de las suyas, querido Daven. Suponiendo que nuestro hijo se parezca en mi al carácter y la niña en ti, pobre de ti, tendrás que separarla de los chicos cada día, si así fuera…
- Ni se te ocurra, yo no soy así…
- Tal vez ahora, pero antes…
Dejo que las palabras desaparecieran en un susurro, riendo internamente.
- Pobre de los dos.
Dijo Daven después de un rato al imaginarse un futuro como Anni decía.