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Se encontraron con el jefe Aichi en el elevador. El viejo mecánico se había cambiado la ropa que había usado en el ejercicio y ahora vestía una simple camiseta y pantalones largos, también parecía haber salido de la ducha hace poco.
—¿A usted también…? —comenzó a preguntar Ximena en cuanto Aichi saludó al Director Curtiss.
—Si, parece que es importante. —dijo con voz seria.
La teniente Hernandez aún llevaba puesto su traje de vuelo, al menos había dejado el casco en la Sala de Pilotos. El Director presionó el piso indicado y la joven observó que se dirigian a la parte nueva de la torre, aquella sección de la Bramante que habían instalado nueva hacía tan solo unos pocos días.
Cuando las puertas del elevador se abrieron vieron que estaban en lo que parecía ser otra nave. Las paredes, el piso y el techo eran de materiales y colores diferentes. Caminaron por un pequeño pasillo y entraron a una habitación en la que un solitario guardia hacía de custodia en aquel momento.
La habitación estaba completamente iluminada y no era muy grande, pero al carecer casi por completo de decoración aparentaba ser más grande de lo que era. Había una gran mesa en el centro rodeada de butacas y una gran pantalla en el extremo. Eso era todo.
—¿Una Sala de Conferencias? —preguntó Aichi entrando en la habitación.
—Aparentemente vino incluido con la torre nueva. —explicó el Director de operaciones.
El Capitán Owen estaba allí junto al Oficial Jarvis y el Oficial de Inteligencia y Sistemas Boris. Los tres estaban parados a un lado de la mesa revisando unas imágenes en el pad que sostenía el Capitán.
Había seis butacas y eran seis tripulantes. Ximena comprendió que nadie más estaría en aquella reunión y la puerta cerrándose a sus espaldas confirmó aquello.
—Gracias por venir tan pronto, por favor tomen asiento. —indicó el Capitán haciendo un gesto con la mano libre.
Ximena, Aichi y Curtiss se sentaron de un lado y Owen, Jarvis y Boris del otro. En un extremo de la mesa estaba la enorme pantalla y del otro lado la puerta cerrada que daba salida al pasillo. La luz comenzó a atenuarse mientras Boris usaba su Pad para conectarse a la conferencia que estaba a punto de comenzar.
En la pantalla apareció un sala de conferencias pero era mucho más grande que la que ocupaban ellos en ese momento. La mesa era de madera exótica y bellamente pulida, pero ese insignificante detalle ni siquiera pasó por la mente de Ximena al reconocer los rostros que los miraban desde la pantalla.
—Saluden. —indicó Jarvis poniéndose de pie.
Los seis se pusieron de pie y saludaron al Almirante Aramaki y sus oficiales a bordo de la Macross 47, la Nave Nodriza de la Flota de Expedición Profunda Veintisiete. Allí no solo estaba toda la plana mayor de la NUNS, sinó también los Capitanes de las otras Battle Class de la flota. Aquella reunión no era poca cosa, definitivamente.
Ximena notó que uno de los oficiales sentado frente al Almirante la estaba mirando y rápidamente reconoció aquel rostro. Era el tío de Camila, el Vicealmirante Samuel B. Hughs. Su compañera le había contado todo lo que había sucedido durante aquella “visita” y por eso de pronto sintió un gran asco y rechazo hacia aquel hombre que había dicho esas cosas tan horribles a su propia sobrina. Apretó los dientes en silencio y apartó la vista de aquellos fríos ojos azules.
¿Se había ganado la enemistad de uno de los hombres más poderosos de toda la fuerza? Lo que había ocurrido con su antiguo superior, el Coronel Baidu se materializó en su mente. El ejército se apresuró a declarar lo ocurrido como un lamentable accidente, pero no era la primera vez que alguien había sufrido un accidente mortal tras haber ganado a uno de los Hughs como enemigo.
—Gracias por responder a mi petición tán rápido, Capitán Owen. —dijo Aramaki respondiendo al saludo. —En descanso.
Los seis tripulantes de la Bramante se sentaron y aguardaron en silencio mientras en la pantalla, Aramaki hablaba con uno de sus oficiales de Inteligencia.
—Esta transmisión es absolutamente confidencial. —comenzó a decir el Almirante mirando hacia la cámara. —¿Sus sistemas de Encriptación están actualizados? —preguntó.
Owen dirigió una mirada a Boris y este comprendió de inmediato. —Sí Señor. —respondió poniéndose de pie evidentemente nervioso. —Todas las transmisiones de seguridad se están procesando en nuestro Núcleo Computacional Cuántico. —afirmó. —Nuestras comunicaciones usan el Protocolo Q-F32 Revisión 2.
El Almirante Aramaki asintió. —Veo que han aprovechado al máximo las actualizaciones a su nave, Capitán. —observó. —¿Han culminado las certificaciones correspondientes?
—Sí Señor. —Ahora fué el turno de Jarvis de ponerse de pie mientras Boris se sentaba aliviado. —Todos los sistemas han sido testeados y certificados según los procedimientos vigentes.
En la pantalla varios de los oficiales intercambiaron miradas inquietantes entre ellos. —Excelente. —respondió Aramaki mientras Jarvis volvía a tomar asiento. —Comprendo que han terminado un Ejercicio Inmersivo hace tan solo unas pocas horas. —dijo mirando a Ximena, quien todavía llevaba puesto su traje de vuelo. —Lamento no dejarlos descansar un momento, pero me temo que tenemos una situación de extrema gravedad desarrollándose en estos momentos.
Ximena escuchó como el jefe Aichi tragaba saliva. Definitivamente aquello era algo serio.
El Almirante tomó su pad y con el dedo seleccionó una serie de archivos. —Por favor observen esto. —dijo mientras hacía un gesto con el dedo para proyectar las imágenes.
La enorme pantalla se oscureció y una imagen apareció ocultando todo lo demás. Era una imagen de bastante mala calidad, seguramente tomada por un telescopio a una distancia enorme, pero las formas que aparecian eran fácilmente reconocibles para cualquier miembro de la NUNS.