El espacio se iluminó con dos enormes explosiones de energía púrpura, pero solo una de ellas era real. El enorme arco de energía dimensional era tan grande que permaneció encendido unos segundos más luego que la gigantesca nave de Investigación emergiera desde el SubEspacio Dimensional.
Boris se tomó el pecho aún agitado. —Casi se me para el corazón al ver el reflejo de nuestra propia burbuja Warp en esa cosa. —dijo señalando la pantalla.
Finalmente el arco de energía se extinguió y solo la luz de las lejanas estrellas se reflejaba en los enormes paneles de espejos de la silenciosa estación abandonada.
Los demás guardaron un silencio respetuoso. La enorme instalación espacial era, con todos sus paneles desplegados, casi el doble de tamaño de la Planck.
—La Estación de Monitoreo Profundo Barrow. —explicó Jarvis soltando el timón. —O lo que queda de ella. Una de las estaciones clase Hubble que la NUNS construyó en la periferia de los territorios explorados al final de la Primera Guerra Espacial… ya solo queda una sola de ellas activa en toda la galaxia, creo recordar en la órbita de Plutón, cerca del anillo que se formó con los restos de la isla de Ataria del Sur. —dijo.
La Bramante se detuvo a unos cinco kilómetros de la silenciosa estación con las luces apagadas mientras los sistemas de rastreo comenzaban a investigar en forma pasiva los alrededores inmediatos a ambas naves. Una versión mas pequeña de los enormes displays holográficos con forma de esfera apareció en el centro del CIC mostrando en amarillo la zona alrededor de la nave que los sensores habian empezado a rastrear en busca de contactos.
El Capitán Owen se puso de pie y caminó unos pasos hacia la brillante pantalla que mostraba la enorme estación a oscuras. —Oficialmente la Barrow fué dada de baja por fallos de diseño que acortaron su vida útil…pero eso no fué lo que verdaderamente pasó. —dijo mientras se cruzaba de brazos.
Mac estaba allí con ellos, había sido convocado por el Capitán para evaluar la aproximación a la zona de la misión. —Si. —dijo el soldado mirando la pantalla. —Es una injusticia que Sutherland luchara tanto por denunciar la inoperancia de la Fuerza en estas regiones de la Periferia… al final se salieron con la suya y ocultaron todo lo que sucedió, tal y como el viejo Almirante había predicho que pasaría.
—Su lucha por castigar a los responsables de lo que sucedió aquí le ganó la hostilidad de los Hughs. —observó Gabriel desde su puesto de radio. —Al final del día solo unos pocos chivos expiatorios pagaron por los errores de esa familia, pero lo más indignante de todo es que hicieron lo imposible por borrar todas las huellas de esta masacre.
—Dimelo a mi. —respondió con tono sombrío Mac. —A los pocos que quedamos vivos del programa de “Reforma” de prisioneros nos mandaron a Jirax a morir congelados… esos tipos hicieron cualquier cosa a su alcance para silenciar la verdad.
Jarvis se volvió hacia el Oficial de Sistemas. —¿Cómo sobrevivió usted, Boris? —preguntó.
El hombre se encogió de hombros. —Antes de separarnos, Mac me dijo que si quería sobrevivir, me hiciera útil para los militares… así que me dediqué a escribir programas para los servicios de inteligencia usando mi propio código… al ser software que solo yo podía mantener y actualizar me permitió mantenerme “útil” y evitar el destino de mis ex-compañeros. Eventualmente programadores más jóvenes comenzaron a hacerme sombra y justo cuando estaban por transferirme a vaya a saber que lugar lejano para “desaparecerme”, ustedes me llamaron para el Batallón 612.
Owen suspiró profundamente. —Sutherlands se quedó sin tiempo, pero fundamentalmente quedó solo contra toda la maquinaria corrupta de la NUNS… si hubiese tenido más aliados, tal vez hubiese podido cambiar algo.
—No hay “si” en la historia. —sentenció Mac acariciandose la cicatriz de la mejilla. —Ahora solo nos queda a nosotros, los supervivientes, el arreglar todos los problemas del pasado.
El globo holográfico del radar se volvió azul y se encogió hasta casi desaparecer sobre las cabezas de los oficiales.
—Todo despejado en los alrededores. —informó Gabriel. —La zona es segura.
—Solo estamos a un salto de EFF-04776. —observó el Capitán Owen. —Será mejor que investiguemos desde aquí qué clase de terreno nos espera, inicien el proceso de separación.
—Iniciando el proceso de separación. —repitió Jarvis mientras volvía a tomar los controles de la Bramante.
En la popa de la fragata se inició el proceso de separación mediante la desconección de los cables de datos y energía, seguida de la desmagnetización del enorme mecanismo de atraque que unía ambas naves firmemente. Jarvis aplicó un poco de potencia y la Bramante comenzó a separarse lentamente de la gigantesca nave de investigación.
—Avance lento, ⅕ adelante. —informó el enorme hombre al timón de la fragata. —Todos los sistemas en verde, tenemos separación completa de la Bramante.
Después de treinta y tres días de viaje juntos, finalmente ambas naves se separaron por primera vez. De inmediato llegó una comunicación desde la Planck al CIC de la Bramante.
—En pantalla. —ordenó Owen.
El rostro de Fritz Von Neumann apareció casi en primer plano. —¿Ya llegamos? —preguntó el joven como si estuviera en medio de un viaje familiar.
—Casi. —respondió el Capitán. —Estamos a solo un salto de distancia. —explicó.
—Oh. Ya veo. —respondió el joven algo desilusionado. —¿Por qué nos separamos? —preguntó.
—EFF-04776 es un cuadrante peligroso. —explicó Jarvis. —Hay una poderosa anomalía dimensional en el área que fácilmente podría despedazar a la Planck si nos acercamos demasiado.
—Iremos hasta la zona de operaciones con la Bramante. —agregó el Capitán Owen. —Nuestra Fragata es mucho más ágil y maniobrable y corremos menos peligro que si movemos a la nave de investigación directamente en la zona.