Carne de Cañón

27

 


 

—¿Y? ¿Vas a decir algo o no? —preguntó Camila.

Fritz sufrió un sobresalto. Estaba concentrado en el gráfico de su terminal y la pregunta de su compañera lo tomó por sorpresa. —¿Qué…? —preguntó volviéndose hacia ella.

Camila estaba sentada a su lado en una de las grandes mesas de la sala de tripulantes. Era un enorme espacio lleno de bancos y mesas en donde estaban los dispensadores de agua y comida para la tripulación de la nave, así que era un espacio que servía no solo como comedor, sinó como sitio de encuentro o esparcimiento… si es que los Zentradi realmente tenían algo similar a eso.

—Lo del beso. —aclaró la joven señalando los labios.

—Ah… eso.

El joven apartó la vista de la oficial Hughs y volvió a mirar la pantalla, pero ya había perdido por completo la concentración y solo veía líneas de colores sin significado.

Habían pasado un par de días desde entonces y por un motivo u otro hasta entonces de alguna manera se habían mantenido separados. A pesar de que Hyle había tomado el mando de la nave en realidad era Tali quien seguía ordenando los horarios y turnos de los pocos tripulantes del Destructor. La nueva Capitán aparentemente delegaba casi todo el trabajo a su segundo y solo se limitaba a caminar de un lado a otro de la nave sin mucho que hacer.

Aquella era la primera vez que estaban solos y Fritz supo que no podía evitar hablar del tema, así que reunió fuerzas y apagando la pantalla se volvió hacia su compañera. —Fué… fué mi primer beso. —reconoció a medida que se sonrojaba.

—El mío también. —respondió Camila suspirando. —¿No crees que fué algo muy extraño? —preguntó.

Fritz la miró sin comprender. —Supongo… que si. —dijo pensativo. —El contexto realmente fué de lo más raro.

—Y además no funcionó. —respondió Camila recostando su cabeza en la mesa de metal. —Esa Hyle nos miró como si fuéramos dos locos.

Fritz se rió de aquello y a Camila pareció molestarse de que aquello le causara gracia. —No te rías. —dijo. —Fué tu culpa.

—¿Mi culpa? —preguntó Fritz.

—No eres lo suficientemente masculino. —lo reprendió la joven.

Como respuesta Von Neumann se tomó los pechos falsos y los apretó en forma teatral ante la mirada divertida de su compañera. —¿Crees que no me doy cuenta? —dijo con una mueca. —Mi masculinidad está en crisis desde que me puse este maldito traje. —se quejó.

Ambos se rieron ante lo ridículo de la situación y por un momento se olvidaron de los problemas, aunque pronto una comunicación desde el puente de mando interrumpió el buen momento.

—Preparados para FOLD, la nave entrará al espacio transdimensional en cinco minutos.

Era la voz de Tali y Fritz rápidamente buscó las coordenadas de navegación en su terminal.

—Ya estamos cerca. —dijo señalando el mapa tridimensional de la región de formación estelar en donde se encontraban. —Este salto nos dejará en la vecindad del Nexus en el interior de la nebulosa que la esconde.

Aguardaron unos minutos hasta que las luces se atenuaron y los efectos de distorsión óptica comenzaron a aparecer en su campo visual. La nave había realizado un salto FOLD y se dirigía a toda velocidad hacia su destino final.

 

Fué un salto bastante corto a pesar de todo, tras solo treinta minutos de viaje las distorsiones volvieron a acentuarse y con una sacudida apenas perceptible llegaron rápidamente a destino. El destructor Meltran emergió entre el arco de luz de energía en medio de una explosión de chispas. De inmediato la luz anaranjada dio paso a la claridad en el puente de mando de la nave de guerra.  Frente a ellos una solitaria y lejana estrella rojiza apenas iluminaba el espacio a su alrededor. 

—Danos un reporte de situación, Zlyna. —ordenó Hyle enderezando su silla de Capitán.

—Soy Tali, Capitán. —respondió la Meltran mientras manipulaba las pantallas. No era la primera vez que Hyle confundía el nombre de sus nuevas subordinadas. Aparentemente la fuerza de la costumbre era tal que no importaba las veces que corrigieran a su Capitán; Hyle seguía usando los nombres de su vieja tripulación. La única excepción era Fritz, cuyo nombre era tan extraño que había quedado fijo en la mente de aquella guerrera.

—Tiene usted razón, Oficial Tali. —se corrigió Hyle. 

—Reactor en proceso de enfriamiento, capacitores descargados, todos los sistemas nominales. —recitó la Jefa de Ingeniería de la Bramante.

—Un salto más y llegaremos. —informó la Capitán. —¿Cómo se ve el radar dimensional?

—Detecto numerosos contactos dentro y fuera del espacio dimensional. —informó Ximena desde su terminal de monitoreo. 

—Estamos ya en la zona de las patrullas de corto alcance. —observó Hyle. —Será mejor comenzar a transmitir los códigos de seguridad para darnos a conocer a los escuadrones locales.

Tali y Ximena intercambiaron miradas. De no ser por Hyle jamás hubieran sabido nada de ello y su presencia en la zona hubiese sido rápidamente detectada como algo extremadamente sospechoso.

La guerrera activó una nueva pantalla e introdujo un largo código en lenguaje Zentradi. —Transmitiendo —dijo confirmando la clave en su teclado. 

La computadora procesó aquello y tras varios segundos de espera mostró una respuesta; era un nuevo curso de aproximación al Nexus generado exclusivamente para ellos.

—Proceda a modificar el plan de vuelo. —ordenó.

—Si, Capitán. —respondió Tali introduciendo las nuevas coordenadas para la navegación interestelar. —Puntos de ruta cargados. ¿Iniciamos Navegación FOLD al destino final?

Hyle levantó una mano. —Aún no. —dijo ante la mirada confundida de Tali. 

—¿Es necesario hacer algo más antes de entrar al nexus? —preguntó.

—Claro que no. —respondió la Capitán Hyle. —Es que… me gustaría hacer algo antes. —dijo mientras se levantaba de su silla. —El puente es suyo, Oficial Tali.



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En el texto hay: espacio, robots, macross

Editado: 28.03.2024

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