Carne de Cañón

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Boris se llevó la mano al pecho para asegurarse que el corazón había vuelto a latir. La transmisión en directo que Lucy estaba enviando desde el destructor meltran acababa de mostrar el momento en el que Owen y Tali salían volando desde la mesa y eran atrapados en pleno vuelo por la Capitán Hyle.

—Hijas de puta… casi los matan. —dijo Jarvis apretando los puños. —Fué un maldito error dejarlos ir solos a esa nave en forma micrón. —afirmó reprimiendo la ira.

—¿Qué hacemos? —preguntó Gabriel desde su consola. —¿Enviamos a Delta?

—No. —respondió el enorme oficial. —Podríamos empeorar las cosas… aún más. 

—Si esas meltran aplastan a nuestro Capitán, ya no habrá nada más que puedan hacer para escalar la situación. —señaló Boris. 

Al ver que sus compañeros estaban bien y que la tensión se había relajado un poco en la nave enemiga, los oficiales del puente de mando de la Bramante pudieron respirar aliviados.

—Continuaremos monitoreando la situación… por ahora. —dijo el Segundo Oficial. 

 

Zlyna se levantó de entre los restos de la mesa y tras recuperarse de la sorpresa comenzó a remover entre lo que quedaba del mueble y tras levantar el trozo más grande lo colocó encima de una caja de suministros improvisando una nueva mesa. Hyle depositó a los micrones de la forma más cuidadosa que puso y ambas meltrans se sentaron a cada lado del improvisado mueble.

—Debí haber imaginado que ese truco no funcionaria con usted, Capitán. —observó la guerrera.

Hyle se cruzó de brazos. —Al principio me confundió mucho, pero no comprendí exactamente su significado, y la soldado esa con las… orejas extrañas. —mientras decía eso se había llevado las manos a la cabeza para intentar explicar las orejas de Lynn. 

—Ella intentó explicarme, pero dijo que carecía de experiencia.

Tali soltó una disimulada risa lo que le ganó una mirada de reprimenda del Capitán Owen.

—Es un tipo de ritual muy arraigado en la cultura humana. —explicó Zlyna. —Pero por lo que pude investigar tiene un efecto abrumador en ciertos Zentradis, valía la pena intentarlo. —dijo.

Hyle la miró detenidamente. —¿Es peligrosa la cultura? —preguntó.

—Si. —reconoció la guerrera. —Ciertamente puede ser utilizada como arma y he visto ejemplos de los humanos usándolo contra nosotros, pero una vez que somos expuestas a ella, la perspectiva de perderla es peor que la de perder una batalla. —reconoció.

—¿Y dices que lo que nosotras experimentamos mientras protegiamos el Nexus fué algo similar?

—Aparentemente todas las criaturas conscientes generan cultura de una u otra forma, pero los Zentradi fuimos programados para suprimirla por completo. Lo que vivimos durante todo ese tiempo fué la degradación de esas barreras; los Humanos fueron la gota final. —aseguró.

 

La meltran guardó silencio mientras examinaba a los dos micrones que la observaban desde la mesa. —¿Qué opinas? —preguntó al final sin poder llegar a una decisión.

—Opino que Veiss es nuestra prioridad absoluta. —respondió Zlyna. —Es la principal enemiga de los Zentradi y si lo que leí del informe es correcto, su objetivo es destruirnos por completo; comparado con su amenaza, la de los Humanos es casi insignificante…

—Ellos ya acabaron con varias flotas de los nuestros. —recordó Hyle.

—Cierto, pero su doctrina de combate no implica la destrucción de los Zentradi, si no su liberación del influjo de la Protocultura.

La Capitán Hyle suspiró. —Ya no hay Nexus que defender, nuestra única opción es vengar la muerte de Noigolk Dah y la de todos nuestros compañeros de armas.

—Es lo mismo que yo dije al terminar de leer ese informe. —aseguró su compañera.

—Quiero verlo. —ordenó Hyle.

Zlyna tomó su Pad y lo colocó frente a su Capitán. —Tiene para varias horas. —dijo. —¿No quiere mejor ocuparse de nuestros invitados? Estoy segura que ambos apreciarán que primero escuchemos lo que tienen que decir.

Hyle bajó la vista y miró a Owen a los ojos. —Hable. —ordenó.

 

El Capitan Owen se aclaró la garganta. —Nuestra Flota y especialmente nuestro planeta natal también están amenazados por Veiss. —dijo el veterano oficial con voz firme. —Si la cooperación entre ustedes y nuestras fuerzas no es posible, al menos permitan que ayudemos a que recuperen la capacidad de combate; fuimos responsables de haber separado a usted de su tripulación así que le regresaremos a sus combatientes y reaprovisionaremos su nave para que pueda enfrentarse a Veiss, aunque…

—Esta nave no está en condiciones de combate.  —dijo Tali con brutal franqueza. —Ni siquiera creo que pueda volver a hacer un FOLD sin partirse en varios pedazos.

 

Hyle le lanzó una mirada cortante, pero Zlyna asintió. —La Meltran-Micrón tiene razón. —dijo. —Por lo que pude observar del casco desde el exterior, creo que esta vieja nave ya no puede más. 

—Nosotros podemos facilitarles una de nuestras naves. —dijo Owen. —Pero para ello deberían someterse al proceso de Micronización y…

—Me niego rotundamente a eso. —dijo Hyle cruzándose de brazos. —No me volveré algo diminuto como esos micrones. 

Tali y Owen intercambiaron miradas. ¿Qué otra cosa podían hacer?

—¿Qué hay de… reparaciones? —preguntó Zlyna. —Ustedes tienen una de esas factorías que puede devolver la capacidad de combate a las naves dañadas… ¿Pueden hacer algo con este destructor? —preguntó.

—Solo podemos hacer reparaciones limitadas. —explicó Tali. —Nuestra nave factoría tiene diques automáticos que pueden reparar o construir desde cero a nuestras naves en cuestión de días, pero no está diseñada para hacerlo con embarcaciones de la armada Zentradi. Una reparación mayor como la que esta nave necesita requeriría de modificaciones exhaustivas… podríamos demorar meses solamente para preparar los planos y…



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En el texto hay: espacio, robots, macross

Editado: 28.03.2024

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