¿Te has dado cuenta cuánto tiempo ha pasado desde que te marchaste dejándome solo?
Hace tres años que te perdí y no me he podido despegar de tu recuerdo, realmente no pienso dejarte ir. La remembranza de tu sonrisa me hace llorar, extraño los cálidos y tiernos abrazos donde me entregabas todo tu cariño, ahora solo me causan tristeza, el saber que nunca estarán conmigo de nuevo.
¿Por qué el destino es tan cruel y me roba mi razón de vivir? ¿Qué más espera llevarse de mí? ¿Por qué me mantiene con vida? Son preguntas que me hago todas las mañanas en el espejo, siempre he pensado que la cruel realidad acabará conmigo, sigo anhelando con una pequeña esperanza que lo haga y poder ver, esos dulces ojos verdes de nuevo.
Nadie podrá remplazarte, por más que me lo repiten solamente no sucederá. El amargo sabor de boca al pensar en tu mirada alejándose, yéndose de este mundo me tortura constantemente en las noches.