Cuando recuperé mi mente, tenía los labios de Alejandra a centímetros de los míos, ya me iba a dejar llevar. Realmente, no me importaba mucho.
De repente, nuestro labios se unieron, ella fue la que tomó la iniciativa, tuve una felicidad realmente alta, incluso, olvidé que estábamos acostados en un parque, así que dejé que siguiera.
Al momento en el que nos separamos, no sabía cuanto tiempo llevábamos en ese beso. Ella me miró sonrojada, y no dijo nada.
-¿Acaso el gato te comió la lengua? -Dije, bien estúpido como siempre, a lo que complementé- Ah no, fui yo el que lo hizo. -Reí esperando no haberla cagado-
Ella solo se dignó a reír. Seguía encima de mi, pero ella no se había percatado de ello.
Al igual que siempre, yo me hacía el típico chico al que no le importa nada. Pero, creo que me estaba empezando a importar todo, siempre y cuando fuese con o sobre ella. Según yo, ya estaba incluso llegando a superar lo de Camila, así hubiese pasado hace algunas horas.
De un momento a otro, recuperé mi mente y mi capacidad de razonar de forma coherente y noté lo tarde que era. Era martes, mi madre regresaba a casa a las 9:00 Pm. Yo no podía llegar más tarde que ella a la casa, estaba aproximadamente a 30 minutos y ya eran las 8:40.
-¡Demonios! -Quité a Alejandra de encima mío- Voy demasiado tarde.
-¿Qué? ¿Qué pasó? -Alejandra empezó levantó del piso-
-Pues, tengo que estar en mi casa a las 9:00 y ya son las 8:40.
Ayude a Alejandra a terminar de levantarse y la abracé. De un momento a otro, nuestros labios estaban unidos de nuevo y perdí la noción del tiempo una vez más. Cuando me separé de ella, volví a ver mi reloj y ya eran las 9:03.
-¡Mierda! -Volví a gritar- No puedo creer que el tiempo pase tan rápido...
-Eh, Paulo -Ella señaló justo detrás de donde yo estaba- Es mujer que va caminando ahí, ¿No es tu madre?
-Bien, aún no ha llegado -La abracé y solté rápidamente- Lamento despedirme así tan rápido, pero tengo que llegar antes de ella, en serio.
Empecé a correr. El parque tenía varias salidas, entonces salí por una diferente a la de mi madre, iba de camino a mi casa y a dos cuadras de llegar, no encontraba ningún rastro de mi madre.
-Bien, ya estoy cerca y no la veo -Dije con alto entusiasmo, perdiendo el cuidado en la vía-
Cruzando la última calle, aún despistado por ir viendo hacia atrás, lo último que recuerdo fue el sonido de la bocina de un carro y las luces viniendo en mi dirección. Después de eso, estaba en el piso, no sentía mis piernas y vi a una sombra mirandome.
-¡NO IRÉ A LA LUZ! -Grité a la sombra- ¡AÚN SOY MUY JOVEN, NO!
-Paulo García -Empezó a dirigirse a mi la sombra- ¿Qué demonios haces fuera de casa a las 9:30 de la tarde?
-¡OH NO, ES MI MADRE! -Seguía gritando- ¡LLÉVAME LUZ! -Y cerré los ojos fingiendo estar muerto-
-Paulo, tienes 5 segundos para levantarte- Y mi madre empezó a contar hacia atrás- 5, 4, 3...
-¡Madre! -Me senté en el piso- Imagínate que acabo de conocer a ese en el que tan poquito creía yo, a Dios. Y está muy enojado contigo por haberme atropellado. -La miré como asombrado-
-Paulo, ¿Me puedes responder el qué hacías a esta hora fuera de casa?
-¿Y usted me podría responder por qué no frenó al ver a alguien en la calle?
-Paulo... Agh, simplemente sígueme. -Empezó a caminar hacia el carro._
-Em, ¿Madre? -Dije mirando mis piernas- ¿Recuerdas que no las siento?
Ella suspiro, se acercó a mi y me alzó. Me llevo hasta los asientos de atrás del carro y me puso ahí para después hacerse en el asiento del conductor y empezó a manejar de camino el doctor-
En el carro
Me puse a pensar en el hecho de que yo vi a mi madre caminando por el parque. ¿De dónde demonios salió el carro?
-Madre... -Rompí el ensordecedor silencio que envolvía el carro- ¿De dónde sacaste el carro?
-Siempre lo he tenido. O, ¿A qué te refieres?
-Pues, es que te vi pasar cerca del parque e ibas caminando.
-Ah, claro. -Me empezó a renegar- Además de estar fuera de casa a esa hora, estuviste toda la tarde fuera.
-Madre, no me cambies de tema. -Fingí llorar- Me atropellaste.
-Bueno, le había prestado el carro al padre de Johan, y me lo encontré de camino. Como el estaba cerca de la casa, me entregó el carro. -Me miró por el retrovisor- Ahora, ¿Por qué estuviste fuera toda la tarde?
-Bueno -Reí un poco nervioso_ ¿Recuerdas a Alejandra? La chica de la que te había hablado.
Flashback
Estaba sentado en la sala, usando el celular para hablar con Alejandra y mi madre entró.
-Hola, ¿Y esa sonrisita estúpida? -Dijo entre risas, llevando los platos a la mesa- El amor te tiene mal. Y se nota. -Volvió a reir-
-Ni tanto -Seguí su risa- Simplemente hay una chica nueva con la que he estado hablando.