Carta de un escritor

Capítulo IV

A medida que el tiempo pasa, el amor de estos dos jóvenes soñadores crecen, llega el maravilloso otoño , junto con el, el mutuo cariño de Thomas Rymer y Eco Calírroe. Ambas familias habían aceptado la relación, Victor estába junto a Susa, amiga de Eco y David, el celoso primo David a vuelto a Alemania. 
Thomas y Eco, emergen del lago donde los brazos de Eco rodean el cuello de Thomas entre besos y carcajadas. El tiempo le ha sentado muy bien a su relación, eran felíces. 
Eco sale a la orilla totalmente desnuda, Thomas ya estába afuera, seco y vestido. Las gotas de agua recorren los marrivollos atribútos que Eco tenía a la vista. Su mojado y rojíso cabello no dejaba al descubierto sus voluptuosos senos, pero para Thomas, para Thomas cada  parte, virtud o defecto, de Eco, para el escrítor ya no sería misterio. 
Los enamorados caminan felismente hacia la casa de Thomas tomados de las manos. Al mismo tiempo que caminan Eco pregunta: -¿has escrito nuevo?- 
Thomas la rodea con su brazo al mismo tiempo que ríe. -¿te gustaría leer algo mío?-  
-¿y por que no mejor interpretas algo para mí? -¡¿para tì solamente!?- pregunta Eco postrandose frente a Thomas, tomando sus palmas y haciendo que se estíren sus brazos.  
Mostrando la lengua con sutiléza, Thomas lame sus labios mirando a Eco con deseo. -si, ¿estaría mal eso? Despues de todo…- Thomas ala de Eco de una manera brusca, teniendola tan cerca sujeta su sintúra, con la misma mirada de deseo termina la oración. -tú eres para mí solamente- sus rostros quedan de frente, Eco le regala una sutíl sonrísa, y despues de ello y breve beso. 
Thomas inconforme de lo corto del beso, vuelve por otra probada de sus labios. Eco entre medio del momento jadea: -Thomas, basta, se nos hará tarde- -¿tarde para que?- reclama Thomas poniendo sus ojos en blanco. -sólo camina- dice Eco, tomando la mano de Thomas nuevamente para seguir caminando. 
Al momento de llegar a casa Megan ya les estába esperando -hola muchachos- saluda Megan con gran sonrísa dibujada en su rostro. -hola mamá- -hola señora Rymer- saluda la paréja simultaniamente. -he preparado té, pasen a la cocina y sirvanse a gusto. Yo iré a visitar a María, la madre de Victor. 
A la vez que entran a la casa Eco pregunta: -¿desde cuando son amigas María y tu mamá?- -el padre de Victor se ha perdido en el alcohol, entonces mamá solo intenta despejar su mente, y en cuanto a Victor, el siempre va a tenerme a mí- -Susan también lo ha apoyado bastante- recalca Eco. 
Thomas ya ha servido el té sobre la mesa redonda de lo cocina. -toma asiento Eco, iré a buscar algo que escribí para tí- los ojos de Eco se llenan de brillo, como le encantan los escrítos de Thomas. 
El joven al llegar con el poema que le había escríto en mano, se sienta delante de ella, y con voz poética lo empiza a recitar. “ tan interesante para mirar, Odidea de mis pasiones, constante razón de mis emociones. Sosiego en el tormento y narciso debilitador del mas corpulento pavimento. 
¡Belleza desgarradora! De las misma manera que encierra, libera un alma en pena. Robando fragmentos de mi atención, ¡y no has pedido perimiso ni perdón! Oh hermosa dalila, pedasos de una caotica flor, cada parte de tu ser, se define como perfección. 
-¡oh Thomas, es hermoso!- Exclama la joven juntando las manos en su pecho. -me alegra que te haya gustado- refleja lo inverosímil de tu belleza- los ojos de Eco se llenan de brillo, al igual que su alma de gozo. -Thomas, eres, simplemente  todo lo que yo deso. Pareces saber exáctamente lo que una mujer quiere escuchar- Eco deja descansar los brazos sobre la mesa. Thomas aprita sus palmas, y la mira con esos ojos que rompen corazones. Caricia sutilmente el bello mechon rojo de Eco que cubre parte de su mejilla. -oh preciosa Eco. Pareces no conocerme. No se exáctamente lo que cualquier mujer quiere escuchar. Sé con exactitud lo que tú quieres escuchar- 
Eco se avalanta sobre Thomas, robandole un agradable beso. A Thomas le agrada, sonrríe mostrando sus dientes y dice: -hazlo de nuevo- Eco sin dudar lo complace, pero esta vez se para de su silla, y se deja caer en el regazo de Thomas. Acariciando su rostro y besandolo desenfrenadamente. 
Thomas se levanta de su asiento con su enamorada en brazos, camina llegando al patio donde estaban privatizados de cualquier otro público. La apoya de espaldas contra un árbol de naranjas. Desmonta a Eco de sus brazos, coloca los mechones que cubrían el rostro de las chica detrás de las orejas simultaniamente. Se miran con tanto amor, tanta pasión. Thomas le dice:-Eco, Eco Calírroe- Tóma la hermosa y delicada mano de la chica y continúa: -nena creo que te amo- 
Lo deja salir de su pecho de una manera tan rápida, los ojos de ambos se umedecen. -Thomas Rymer, yo también te amo- Eco también expresa sus sentimientos. 
Thomas se arrodilla, desenvolviendo algo que traía entre una suave tela roja. Eco se lleva las manos hacia el rostro. Las lágrimas caen sobre sus mejíllas al notar que eso que desenvolvía en joven Thomas, eras un hermoso anillo de compromiso -amor dime que esas son lágrimas de alegria, porque no me perdonaría si te hiciera sufrir- dice Thomas con voz lloriquiosa, sus ojos se llenan de nervios y regosijo. 
Eco tan solloza, pero se puede notar como de su cuerpo emerge una gran alegría diciendo: -Thomas, ¿acaso es cierto esto que estoy viviendo-? 
En ese momeno Thomas conmienza a desbordan talento como escritor, al mismo tiempo que expresa sus sentimientos: -cariño, me humillo ante ti, porque eres mas de lo que pude haber deseado, recuerdo cuando te deseaba y ahora que te tengo debo confesar que ese sentimiento no ha cambiado en lo absoluto. Yo que he navegado tus mas remotos rincones y he profanado tus mas hermosos atríbutos. Me arrodíllo ante tí, para que me hagas realidad el deseo, de llamarte esposa- 
A Eco no le salen las palabras, solo llora, pero deja dicho que sí asintiendo con la cabeza. Thomas procede a colocar el anillo en su dedo y a su vez se postra de pié. Eco admira su dedo adornado con su nueva joya e inmediatamente entrelaza a Thomas en sus brazos. -te amo Eco Calírroe- -te amo Thomas Rymer- 
Los enamorados se abrazan cariñosamente, Thomas nunca había esto posíble. Megan llega a la casa acompañada de María. Por lo tanto Eco y Thomas van a la sala para acompañarles. -¿está todo bien?- pregunta Thomas al notar que los ojos de María, la madre de su mejor amiga se notaban enrojecidos. 
El rostro de megan refleja tristeza a su vez lanza una mirada vergonzosa hacia su hijo dejándole saber que la presencia de Eco avergonzada a María. Eco se percata de la situación y decide no incomodar retirándose y diciendo lo siguiente: - será mejor que me vaya. Hasta pronto señora Megan, gusto en verla señora María, déjele mis saludos a Víctor. 
-segúro Eco- se despide María, mientras Megan solo asiente con la cabeza. Thomas aún sigue desconcertado por las preocupantes miradas de las señoras. -alguien va a decírme que pasa aquí - cariño, siéntate por favor- pide Megan. Thomas se decide tomar asiento. -anda, cuentale María, sabes que el se preocupa mucho por el joven Victor- dice Megan refiriendose a María.  
Thomas se preocupa más y exige respuesta a lo que está pasando: -¡¿que?! ¿Que es lo que pasa con Vicor? ¿Él está bien? María no soporta la pena, algunas lágrimas escapan de sus ojos. Thomas se conmueve así que sujeta las manos de María. Ya mas calmado le díce: - María, por favor. Usted sabe lo mucho que significa Victor para mí. Entonces le pido que me diga que pasa con mi amigo- 
-es que su padre, últimamente no ha dejado de beber-  
-si, pero. El siempre ha tomando mucho- 
-no sabe como es ahora joven Thomas. Casi llega todas las noches ebrio, y después de- María no puede seguir hablando, y empieza a llorar. Thomas le dice: -¿después que María? Dígame por favor- -después de abusar de mí el golpea a Victor- 
Mientras María no puede parar de llorar Megan la consuela. La alegría que inundaba a Thomas hace unos momentos parece convertirse en triztesa. Este se paraliza y después de un buen rato dice: -ahora vuelvo, tengo que ir a ver a mi hermano- 
 




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