"No se habló más de aquel día, en donde no sólo salió dañado un corazón, sino dos. Por lo que optamos en no decir nada, y seguir con nuestras vidas como si nada (ojalá).
Era de esperarse que tarde o temprano, otra carta llegaría a la comisaria de Davenport. Y ésta vez me tocó a mí ser interrogado, al igual que Valeria, recuerdo muy bien aquel 29 de enero"
El sheriff se sentó justo al frente mío, tomó una taza entre sus dedos, e ingirió lo que yo creo que es café. Con Valeria nos miramos de reojo. Nunca habíamos estado en una comisaria, y no puedo evitar sentirme preso. La pequeña oficina, llena de papeles en las paredes y en el escritorio, todo envuelto por madera vieja y crujiente a los pasos de cualquier persona, hacía de que mis pelos de mi nuca se erizaran.
No puedo evitar no sentirme con miedo.
El día estaba nublado, por lo que la iluminación no era muy buena que digamos. Las ventanas están cubiertas por un rocío invisible a la vista, pero no al tacto. Mis piernas se tambalean nerviosas de un lado a otro, y en éstos momentos, puedo sentir la mirada del sheriff quemándome por completo.
Sin decir una palabra, lanzó la carta sobre el escritorio, y con una sonrisa se acomodó el sombrero - quiero que la leas, y en voz alta.
Tragué fuertemente, y con cuidado desdoblé el pedazo de papel todo escrito.
Se creen que hacen lo correcto, se creen que van por buen camino, los hermanitos más parecidos de los Beans, son los primeros que traerán problemas, si se meten en MI camino. Ustedes saben mejor que nadie, que clase de personas son su familia, no se conviertan en asesinos igual que ellos...
Apreté mis labios y negué lentamente mientras dejaba la carta sobre la mesa.
-¿Tienen algo que decirme? que significan esas palabras.
Valeria sacudió su cabeza - esto es ridículo, ¿qué quiere que digamos? si usted sabe que es mentira, usted conoce a nuestra familia sheriff.
Se encogió de hombros - quería ver que opinaban, no los culpo de nada. ¿Alguna idea de quién puede ser? ésta broma de su acosador anónimo, se les debe estar volviendo un fastidio ¿no?
Sonreí de costado - no se da una idea.
-¿No hay más cartas? - pregunta algo incomoda Valeria.
-Me temo que no, siguiendo la secuencia de la primera carta, envían una cada dos semanas.
Asentí atento - ¿nos podría avisar a nosotros cada vez que una carta nueva llega? nos gustaría descubrir quién es el de las bromas pesadas. Estoy seguro que nuestros padres, estarían encantados a que lo ayudemos.
El sheriff arrugó su boca, y se encogió de hombros - claro, solo quiero que sepan que si necesitan hablar con alguien, saben que pueden hacerlo conmigo, ¿no?
Asentí rápidamente - si, gracias por mantenernos al tanto.
-Cuando quieran, les debo mucho su familia, lo que sea para ayudarlos - asintió y nos abrió la puerta.
Fruncí mi boca, y le di la mano como despedida.
Suspiré profundo, y seguimos nuestro camino hasta casa, "dulce hogar", como algunos lo llamarían.
-¿Por qué no le decimos la verdad Jad? - dijo Valeria mientras movía sus manos de un lado a otro.
-Ya sabes porque Val, no podemos arriesgarnos - metí mis manos en los bolsillos delanteros, y agaché mi cabeza cansado de toda ésta situación - ya verás que las cosas se aclararán.
-No me mientas - dijo ella interponiéndose en mi paso - tu sabes mejor que nadie, que ésto no se aclarará, es más cada vez se pondrá más oscuro. ¿Por qué quieres seguir con todo esto?, ¿qué pasa Jaden?, ¿a que le temes tanto?
La miré seriamente - se ve que mamá y papá, no te lo dijeron.
-¡Decirme que! - alzo sus manos, y tocó su frente al mismo tiempo que acomoda su gorro de lana, color vino - explícame porque no lo entiendo, estoy asustada, y lo único que quiero es...
-Me amenazaron Val, y creo que si no cumplo con su trato, algo malo me pasará, y a ti también - apreté mi mandíbula, y traté de respirar tranquilo.
-¿Por qué? ¿por qué nosotros?
Apreté mis puños - ¿¡que no lo ves?! ¡Dios Valeria! ¡somos supuestos culpables de lo que paso con la abuela! ¿recuerdas? - dije mirándola incrédulo - ¿de quién fue la idea de aquel día especial?
Abrió su boca para decir algo, pero la cerró en un suspiro seco.
Asentí rápidamente, mientras la tomaba del brazo y la arrastraba a un costado, para no estar tan al descubierto, me pone nerviosos que alguien nos esté viendo.
-No somos asesinos Jaden - dijo Valeria mirando fijamente el suelo.
-No, pero tampoco dejaremos que nos cuelguen por sus crímenes, no los dejaré. Por eso vamos a encontrar al responsable de todo ésto - dije levantando las cartas en mi mano - y acabaremos con ésta pesadilla de una vez por todas, lo prometo - levante su barbilla, hasta que me mirara, y ésta asintió lentamente - vamos.
"La tentación de escapar era fuerte y provocadora, pero no podía correr los riesgos, cuando lo tendría que haber hecho. Podría haber hablado con el sheriff, buscar ayuda... Pero no lo hicimos... No lo hice. Creí que iba a poder controlar todo, y claramente no pude.
Editado: 20.01.2019