"En momentos como éste, me siento muy desesperado. Necesitaba delatar él o la de las cartas, ya que mis padres estaban presionándome para que lo descubra de una vez por todas, quien es la persona que arruinaba nuestra reputación como familia perfecta (no sé cómo decirlo de otra forma)
'La van a pasar muy mal, los dos...' creo que hasta dormido me perseguían las palabras de mi madre, una mujer muy cariñosa y con mucho tacto con sus hijos. Si, lo sé, no hace falta que me lo digan, yo solo se medir mi ironía y la mentira, suena mucho mejor que la franqueza... una mujer muy maldita y dispuesta a lastimar a sus hijos.
Si... es por eso que mejor me quedo con la ironía y la mentira"
Froté mis manos, y miré de reojo a Jess y Val, quienes no dejan de leer esas tres cartas una y otra vez.
-No puedo evitar saber de quién es ésta letra, la he visto en otro lugar - dijo Jessica con una mano en su mentón.
Tosí y froté mi garganta algo molesto. Me levanté de la silla, y me arrimé hacia ellas, para luego quitarles una de las cartas - mmm, no a mi no me parecen para nada conocida. No sé de que hablas Jessica.
-A mí se me hace que también la conozco - dijo Valeria mirando la carta de más cerca - ¿no te parece Jad? - Val señalo una letra en la carta - yo... las letras en mayúsculas estoy segura que la vi en algún lugar.
Negué lentamente y me alejé de ellas algo molesto. Estas cartas me están volviendo loco.
-¡Oh por Dios! ¡Jad! - dijo Valeria mirándome furiosa señalándome - ¡es la letra del sheriff!
Jessica frunció su ceño, y se acercó enojada y dando fuertes pasos hacia mí - ¡¿que!?
Trague fuertemente y retiré mi mirada de ellas - no puede ser, no puede ser, él... él nos ha estado ayudando, no tiene sentido, ¿estás segura Val? - me crucé de brazos.
-Sí, recuerdo los carteles y unas cuantas notas sobre su escritorio, esta A mayúscula, es la misma que tenía escrita sobre unos papeles. Tienes que creerme Jad, además aquí hay unas gotas de café, y el sheriff vive tomando café. - cerró sus ojos, y su mentón comenzó a temblar.
-Iré a hablar con él - tomé mi cara entre mis manos - me llevaré algunas de sus notas, y compararemos tranquilos aquí en mi habitación, ¿sí? No le digan nada a nadie, antes de decir algo, necesitamos pruebas.
-Pero, no quiero que le hagan daño Jaden, el sheriff es una buena persona, aunque si sabe que hizo nuestra familia, ¿Por qué no hace nada al respecto?, no lo entiendo - dijo Jessica caminando de un lugar a otro.
-Sí, tenés razón. Pero si no le damos un nombre a papá o mamá, serán algunos de nosotros dos que saldrán lastimados - dije señalando a Valeria también.
Las dos me miraron asustadas, lo cual me hizo acordar cuando éramos pequeños y rompíamos algo, siempre lloraban sin saber qué hacer, totalmente aterradas por lo que nuestros padres podrían decirnos. Por lo que yo me hacía cargo, no me gustaba verlas mal, es una cosa que no aguanto. Soy capaz de hacer cualquier cosa para que ellas estén a salvo, no tengo otras palabras ya que las amo.
Salí rápidamente del lugar, y me subí a mi moto, una preciosa Triumph Bonneville roja. Las calles en Davenport están algo congeladas, pero solo en una parte del camino, ya que la comisaria se encuentra doblando por un camino de tierra. Siento mi cuerpo totalmente tenso, y mis manos no pueden dejar de apretar el acelerador.
Apoyé mi pie sobre la tierra para frenar de forma más rápido, suspiré profundo, y lentamente coloque mi moto a un costado. Acomodé mi cabello, y soné mi cuello algo nervioso.
Abrí la puerta, y miré de un lado a otro, pero no había nadie, salvo un olor bastante fuerte a café.
-¿Jaden? - se sintió la voz del sheriff al fondo del lugar.
-Si - contesté rápidamente, y caminé hasta su oficina - ¿dónde están todos?
-Oh - dijo dándole un sorbo a su taza - surgió una emergencia y dejé que vayan ellos - me sonrió y dejó la taza sobre la mesa - y dime, ¿en qué te puedo ayudar?
Lo miré serio, y luego al café, puede que Valeria tenga razón, ¿pero por qué él?
-Tenía dudas por si alguna carta le había llegado.
Se encogió de hombros - me parece que no, además sino me equivoco todavía no han pasado catorce días, ¿o no? ven de paso nos fijamos - dijo dándome paso.
Asentí y pasé antes que él. Miré hacia todos lados, buscando algún papel para poder llevarme. Mi vista se fijo en unas hojas al costado del escritorio, parecen que son unos escritos de los posibles sospechosos en el robo de hace una semana de la casa de los Mason. Pobres no se merecían pasar por eso, son muy buena gente.
-Como verás, además del desastre que tengo por aquí, no hay ninguna carta. No sé si Karen me las habrá dejado por allá pero no creo, me hubiera avisado.
Abrí mis ojos sorprendido - ¿Karen? ¿por qué no la conozco ni sentí hablar de ella?
Editado: 20.01.2019