William
Bienvenidos a mi complicada y trágica historia.
En realidad, eso fue exagerado y dramático al estilo Virgina Letters Bullon.
Siendo sincero, no tengo idea de cómo presentarme, para serles aún más sincero, esto de escribir un diario me parece una idiotez, pero mi psicóloga me obliga así que no puedo quejarme.
Según Susana, mi psicóloga, tendría que empezar diciendo características mías o solo detalles.
Me llamo William Letters Bullon, simple.
Tengo 18 años.
Tengo 2 hermanos menores, Virginia y Víctor.
Vivo con mis tías y sus hijos.
Me gusta leer cualquier cosa. Desde libros clásicos a novelas de ficción, incluso podrías encontrarme leyendo una enciclopedia.
Mis amigos siempre se pelean por mi cuando jugamos a trivias porque dicen que mi cerebro está lleno de datos.
Tengo memoria fotográfica.
Mi mejor amiga es Harper White Saller, que también es mi vecina. Aunque también tengo una buena amistad con el resto de los hermanos Saller.
No tengo muchos amigos, me llevo bien con otras personas y alguno de mis compañeros de la escuela, pero soy un poco reservado.
Mis padres murieron cuando yo tenía 5 años.
En realidad, mi madre murió, a mi padre se lo llevaron preso por asesinarla.
Realmente no quiero pensar o escribir sobre ello, lo siento Dr. Presston
Y no tengo mucho más que decir ahora, así que me voy...
Cierro el cuaderno y dejo la lapicera encima de este, dejo caer mi espalda contra el respaldo de la silla mirando por la ventana, creo que esto de escribir un "diario", como lo llama la doctora, no va a funcionar para mí. Amo leer y me gusta hacer reseñas sobre todo lo que leo, pero eso de presentarme y exponerme no es fácil y se siente muy estúpido estar hablándome a mí mismo en un cuaderno.
Por la ventana de la casa de enfrente veo una mancha blanca moverse rápido de un lado a otro.
Me rio al verla, es muy atolondrada esa chica.
La mancha blanca se detiene y la veo parada en medio de su habitación, pero solo se llega a ver parte de su pelo y su espalda. Me enderezó para abrir la ventana y llamarla, pero me detengo cuando veo como empieza a sacarse la remera de pijama y su espalda queda desnuda. Se queda de espaldas mientras que se abrocha el corpiño. Cierro la cortina de mi ventana de golpe y vuelvo a recostar mi cabeza en el respaldo de la silla.
Alaska será mi perdición.
Cierro los ojos y largo un fuerte suspiro, me levanto y estiro mi cuerpo escuchando como mi espalda truena. Me levante temprano por lo que ya estoy vestido. Tomo mis cosas y las pongo en mi mochila mientras bajo las escaleras.
Me siento en una de las sillas alrededor de la mesa y le sonrió a Simón y Christian.
— Buen día chicos.
— Buen día Willy
— Me da miedo que digan todo al mismo tiempo — ellos directamente me ignoran mientras siguen desayunando
Escucho el distintivo sonido del agua hervida y voy hacia la cocina para apagar el fuego, tomo una taza del seca platos y pongo un saquito de té. Cuando vuelvo al comedor con el té en mano, veo una pequeña bebé correr en pañales delante de mí y tengo que hacer un amague para que no me choque y no tirar el líquido caliente.
Veo a la tía María bajar agitada con un pantalón de unicornios en las manos, las pone en su cintura tratando de lucir seria.
— Sofia Letters Medina, no me hagas enojar — Simón y Chris dejan de jugar con los dinosaurios sobre la mesa, se enderezan y empiezan a comer como si fueran robots. El poder de una madre enojada, siempre es divertido de ver.
Sin poder contenerlo, una risa se me escapa, lo que hace que la tía me mire con su cara de "no hagas que pierda autoridad", camino a paso lento, tomo mi mochila y salgo por la puerta de la cocina que da al jardín. Me siento en una de las sillas blancas y dejo el té en el suelo, saco de mi mochila el encendedor y un cigarrillo.
— ¿Te escapaste del grito de tu tía?
La tía Olivia esta ya vestida con su traje y su placa. — No le sale muy bien eso de ser autoritaria, creí que si estaba delante de ella empezaría a reírse.
La tía solo ríe mientras niega con la cabeza, se acerca y da un golpe en mi cabeza para luego sacarme el cigarrillo de los dedos y le da una pitada.
— Le dices a María y te desheredo.
— Ja, como si tuvieras algo para heredarme.
Ella solo sonríe mientras libera el humo por la boca.
— Pensé que lo habías dejado.
— Realmente nunca lo deje, pero no fumo en la casa, sabes cómo se pone tu tía. El trabajo es estresante.
No prendo otro. Compartimos ese mientras hablamos del inicio de clases y de la pregunta inevitable: qué quiero estudiar.
La verdad es que no lo sé.
A todos les parece lógico que estudie literatura porque amo leer, pero no sé si quiero dedicarme a eso. Tampoco creo que sea justo exigirle a alguien que decida su futuro cuando apenas entiende su presente. Hay personas que lo saben desde siempre, y eso está bien. Pero no todos somos iguales.
— ¡Will!
Mi nombre en un grito me saca de la discusión con mi conciencia, y me doy cuenta de que la tía se fue.
— ¿Dónde estaba esa cabeza tuya?
— Hola, Harper —le digo mientras me acerco al borde de madera y beso su mejilla
— ¿Hola Harper? Me suena mejor un "Hola bombón hermoso, maravilloso de todo el mundo" — Apoya su barbilla sobre sus manos que están sobre el borde de la cerca que divide nuestras casas y pone esa sonrisa que, en palabras de cada chico de la escuela, derrite corazones.
— Tu ego me asfixia
— Ignorare tu falta de apreciación de lindura porque eres tú — se agita el pelo hacia un lado en modo diva y sonríe — Logan y Jerry ya vienen para acá, el papá de Logan le prestó el auto para el primer día y pensaba en que la tía María podría prestarte el suyo, porque no entramos todos en uno.
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Editado: 29.12.2025