Querida Julia:
Entendía que luego de lo que hice ya no había nada más que hacer. No podía echarme atrás, eso me dejaría como un completo cobarde ante tus ojos y sería además un enorme retroceso para mi. Había hecho un gran esfuerzo al exponerme ante ti de esta manera que escapar sería posiblemente el peor error que he cometido en toda mi vida.
Y ya estaba cansado de cometerlos, por lo que para distraer mi mente, estas últimas horas he estado pensando, imaginando que es lo que podríamos hacer si tu aceptabas salir conmigo, porque por supuesto y es algo que no coloqué en mi última carta es que atado a ese sobre iba un pequeño papel, donde decía te gustaría ir en una cita conmigo? Y abajo dibujé dos cuadritos donde te daba la opcion de responder por si o por no. Algo infantil lo se, pero a estas alturas no encontraba una manera de comportarme como un hombre de mi edad sin recaer en mis viejas costumbres, por lo que te dejaba la responsabilidad de decidir por los dos a tí.
Y para cuando tu estés lista,yo estaré esperando aquí, en el mismo lugar de siempre.