Querida vida:
Creo que esto se me está haciendo costumbre.
Hoy la he vuelto a ver, pero no en clase, estaba esperando a sus amigas fuera del instituto como todos los días, y como todos ellos yo salgo y ella se aleja, cuando lo hacía ha resbalado. Casi se cae y... Adivina quien la cogió. Exacto, yo. Sus mejillas se pusieron tan rojas que involuntariamente sonreí. Cuando recuperamos la compostura me dio las gracias tímidamente y se alejó. Tiene la voz más hermosa de todas. Algún día espero decirle lo que siento.
Joshua.