"Querida luz"
Me complace tener esta primera charla contigo, aunque soy consciente que no tendré respuesta alguna. No negaré que eso me mantiene aturdida, pero te lo debía. ¡Oh querida y pequeña lucecita! A penas empezaste a dar tus primeros pasos y ya te encontrabas en el frio suelo del dolor. Quiero que sepas algo; si pudiera obtener la máquina del tiempo, cambiaría tu desdicha por alegría y tu llanto por consuelo.
Discúlpame por ello.