«Querida, Luz de oscuridad »
Hoy cumplo treinta años, eso es demasiado tiempo. Tiempo en el que hemos madurado mucho. Te quiero contar que después del día que me destrozaron el corazón, no he vuelto a llorar hasta hoy. Te lo había prometido, me lo había prometido.
Querida, Luz...
Perdóname por ser tan dura contigo, con nosotras. Jamás imaginé el daño que nos haría. Parece que fue ayer cuando corríamos en el jardín de niños acompañadas de nuestro hermano, aquel al que no aceptamos que amamos.
Al pestañear se nos ha escapado el tiempo en el frío viento.
Después de varios años huyendo de una auto confrontación, puedo decir que he tomado una buena decisión. Al escribir estas cartas me he dado cuenta que llevo años tratando los problemas personales de mis pacientes, sin lograr ver que «la psicóloga», también tiene los suyos.
Perdóname por todas las veces que te herí cuando solamente eras una víctima más de las circunstancias de vida, perdón por juzgarte. Por juzgarnos.
Te pido perdón por aquellas veces que no quise perdonarnos, aun siendo inocentes.
Para: Luz
De: Luz