Buenos días linda Mary...
Solía decirte así cuando éramos pequeños.
Te escribo para contarte que por fin hemos encontrado a alguien para que se encargue de la casa. Esta mujer no ha mirado a Lucas con lastima, sino que lo miraba como con cariño, como si lo conociera y lo quisiera. ¿Loco no? Ya que ella no lo conoce, al menos no en la actualidad. Si nena, estoy hablando de ti. Ha sido todo gracias a tu hermano, tú estabas buscando un trabajo y él te ha comentado que un viejo amigo suyo estaba buscando a alguien que se encargara de la limpieza, de cocinar, y tú viniste, apareciste aquí esta mañana, al principio me sorprendí mucho, pero luego lo entendí. Fui a hablar con tu hermano ayer por la tarde, estuvimos hablando alegremente de muchas cosas, hasta que apareciste tú, con tu hijo, le pediste quedarte ahí esa noche. Ninguno de los dos entendía que te pasaba, pero notamos que estabas mal. Aun así ninguno quiso preguntarte que pasaba. Luego de eso me fui, no supe más nada.
Desde mañana trabajaras aquí, será difícil verte todo el tiempo y no poder siquiera abrazarte. Me preguntaste si podías traer a tu hijo ya que tu hermano trabaja y no puede cuidarlo, te respondí que no había ningún problema, que quizás un niño hasta alegraba un poco esta casa. Te fuiste feliz Mary, sonreías, y entonces... Yo también fui feliz.
Oh Mary, no puedes darte una idea de cuánto te extraño. Necesito tenerte a mi lado. Necesito que vuelvas a ser mía. Ya no sé cómo hacer, no se me ocurre nada. Pero no voy a darme por vencido nena, nunca lo hare. Muchas personas de las que me rodean me dicen que no luche más por ti, que me vaya de aquí y cumpla mis sueños, todos creen que mi sueño sigue siendo una vida militar y nada más. Pero, ¿te digo algo Mary? Mi único sueño eres tú. Tú eres todo lo que quiero y necesito para ser feliz, para estar bien. A veces me molesta que la gente no lo entienda, por más años que pasen siempre vas a ser tú. Mi único amor, el amor de mi vida.
Se despide con amor, Matthew.
Editado: 02.01.2021