Mi amado Sam:
Me entusiasma poder escribir finalmente tu carta.
Tal vez mi vida no sea la más emocionante, ni la más entretenida, pero... Son las pequeñas cosas las que dan significado cuando te rodea la oscuridad, ¿No lo crees?
Durante un tiempo pensé y pensé que podía incluir para ti, algo que te interesaría. Al final, tomé la decisión de relatarte un poco de mi día a día.
Cómo ya sabras querido mio, estudio en la universidad actualmente. Mi relación con mis compañeros nunca ha sido muy buena: siempre me dejan de lado, siendo la ultima opción de todos... ¿Sabías que nadie se sienta a mi alrededor?
Pero, no todo es malo. Cuento con dos amigos en el grupo: Teo y Cristina. El es alguien tranquilo y optimista. Aun si es un tanto callado a veces, se que siempre estará ahí.
Cuando pienso en una persona entusiasta, pienso en Cristina. Siempre alegre, siempre positiva... siempre haciendo ruido, pero la amo de todos modos, jaja!
Pero... siento que no les puedo contar cualquier cosa. ¿Y si creen que estoy loca? ¿Y si dejan de hablarme?
Amigos fuera de la escuela... no tengo. Sabes que no me gusta mucho salir de casa, me da ansiedad estar rodeada de extraños. De verdad me gustaría conocer nuevas personas, pero no puedo controlar las nauseas ni el mareo... y ellos lo notan, saben que estoy incomoda por mas que trate de ocultarlo.
Se lo que estas pensando. Que estoy exagerando, y tal vez tengas razón. Pero no puedo evitar pensar que en estas cosas... no seria la primera vez que sucede.
En mi familia todo va bien por el momento. Mis padres casi nunca están en casa y mis hermanos están ocupados con sus estudios, así que no es extraño que me encuentre sola la mayor parte del tiempo. A veces discuten, pero toda familia lo hace, ¿No crees?
Amor mio, pronto debo volver a clases y no podré continuar con esta carta... Haré lo posible por escribirte una cada semana, lo prometo.
Te amo, mi querido Sam.
Siempre tuya,