Mi amado Sam:
Han pasado diez días desde mi ultima carta, y en este tiempo estuve armándome de valor para confrontar a mis padres acerca de mi situación en la escuela. Y fue el día de ayer cuando les conté la verdad.
No están felices.
Hubo muchos gritos, mi madre lanzó mi celular a la pared mientras lo culpaba por mi bajo rendimiento. Llegaron al punto de echarme de la casa. Al menos, por media hora. Dorian, mi hermano, habló con ellos durante ese tiempo, abogando por mi. Mientras tanto, me encontraba sentada al pie de las escaleras, aceptando toda responsabilidad... todo era mi culpa, merecía estar ahí.
Entré una vez mis padres se lograron calmar... al menos un poco. Llegamos al acuerdo de que cursaría todas mis materias este semestre, para que el siguiente pueda hacer el servicio social de tiempo completo. No hace falta mencionar que no tendré acceso a la computadora ni al celular durante este semestre... Será un tanto complicado, tomando en cuenta de que estaré en grupos donde no conozco a nadie. Pero debo aceptar las consecuencias de mis actos, tomar responsabilidad de mis errores.
En mi carta antepasada había decidido tomar la salida fácil a todo esto... y estoy segura de que si alguien mas supiera de ello, me considerarían una cobarde. Y tal vez lo soy. Pero hay personas que han llegado a tomar las mismas medidas como ultimo recurso, cuando no encuentran otra forma de liberarse... Quiero ayudarlos, ¿sabes? Quiero marcar la diferencia. Se que mi situación para otros parecerá una tontería, solo una niña llamando la atención, pero sentí verdadera desesperación. Estaba dispuesta a morir antes de traer mas problemas a casa, antes de levantar el rostro ante mis antiguos compañeros y decirles "basta". Y estoy cansada. Debo hacer frente a mis problemas.
Creo que todo lo que quería a ese punto era... paz. Poder descansar, que el silencio me abrazara, me tomara de la mano y me llevara con el a otra vida. Y aun lo deseo... pero quiero que sea cuando llegue mi hora, que sea después de ayudar a otros, de haber cambiado vidas. Se que suena muy ambicioso, pero todo esto que he vivido tiene que servir de algo, ¿no lo crees? Tiene que haber una razón mas allá de lo que veo en este momento. Debe de haberla.
Por el momento, mi madre no me ve de otra forma mas que con ira... y lo entiendo, le fallé. Ahora debo de recuperar su confianza, demostrarle que puedo hacerlo, que soy capaz de sacar adelante mi carrera.
Se que no te lo preguntabas, pero debo decirlo. No culpo a nadie mas que a mi por estar en esta situación. Ni a mis compañeros por sus acciones, ni a los maestros por no hacer nada, ni a nadie. Es mi responsabilidad estar donde me encuentro, y es mi deber salir adelante. Lo cierto es que pude haber hablado con mis superiores acerca de la situación en la que me encontraba, tal vez de esa manera habrían puesto mayor atención. Si, supongo que existía la posibilidad de que llegaran a actuar en mi contra fuera de la institución, pero existen las autoridades de mi ciudad. Si los daños llegaban a ser mayores, podía incluso involucrar a la policía en ello. Siempre hay una salida, ahora es cuando lo veo.
Te escribo de noche, bajo la luz del farol afuera de mi ventana. Quiero agradecerte por siempre escucharme en cada cosa que te cuento dentro de mis cartas. Te amo con todo mi corazón, amor mio. De verdad, muchas gracias por siempre estar aquí para mi.
Siempre tuya,