Me levanté de mi cama y bajé a desayunar como de costumbre, después me alisté para salir hacia un rumbo desconocido.
Tenía ganas de salir ya de la casa a tomar un poco de aire, debido al incidente ocurrido con Katy, se me prohibió salir de mi casa.
La verdad me siento un poco mal aquí en la casa sin poder salir, siento como si estuviera preso en mi propia casa, ¡¿pueden creer eso?!
Caminé en dirección a la escuela, (parece que no aprendió la lección)
Todo estaba muy tranquilo, no me había encontrado con nadie mientras venia de camino, lo cual es muy raro, yo no me percaté de nada extraño hasta que llegué a la escuela.
Al entrar no vi nada extraño, nada fuera de su sitio, lo cual era aún más extraño.
Subí al segundo piso para revisar los salones y me di cuenta de que algo realmente andaba mal, muy mal, ya que había 4 salones vacíos, y los demás solo tenían de 6-10 alumnos.
Sentí un vuelco en el estómago, no sabía lo que estaba sucediendo.
No eres bienvenido de vuelta...
Me dirigí a la dirección con la esperanza de encontrar las respuestas a mis preguntas
No eres bienvenido de vuelta...
¿Que era aquello que sonaba en mi mente? ¿Acaso estaría alucinando?
La dirección estaba casi vacía como nunca había ocurrido, sentía cada vez más que algo no andaba bien.
Algo no encajaba en este rompecabezas de recuerdos y vivencias, no sé qué podría estar pasando y las pocas personas que me encuentro no saben responder o me toman a loco...
No eres bienvenido de vuelta...
Me quedaba sin opciones sobre qué hacer para averiguar lo que sucedía a mi alrededor.
Sabía que algo andaba mal, pero, ¿Que era esa cosa que no estaba en su lugar?
Algo ni me cuadraba en lo absoluto, después recordé lo que me dijo mi padre una vez...
"–Cuando no te encuentres a nadie mientras camines, ten cuidado, es una alerta de que algo no anda bien, procura no estar en la calle si eso llega a suceder, escóndete donde nadie te pueda encontrar, solo así estarás bien..."
Esas palabras resonaban en mi mente, luego mi cuerpo reaccionó y salí corriendo hacia mi casa a toda velocidad, sentía que algo me seguía, sentía miradas desde las casas, ventanas que se movían discretamente, lanzando miradas hacia la calle desolada, cuya única persona en ella era yo.
Casi el llegar a casa, volteé hacia atrás para confirmar mis sospechas, pero no vi a nadie.
Llegué a mi casa y al entrar subí a mi cuarto, el cual tiene una vista a la calle increíble, se podía ver todo sin delatarte...
No eres bienvenido de vuelta...
¿Que era aquello que sucedía? No lo sé, llamé a mis padres y les conté lo sucedido, los cuales llegaron casi inmediatamente después que les llamé.
Estaban igual que yo, sin saber que pasaba, mi padre nos dijo que alistáramos maletas para salir enseguida de ahí, ya que no era para nada seguro quedarse.
Había visto a muchas personas salir de sus casas como si fueran a un largo viaje, lo cual lo alarmó de inmediato.
Todos hicimos nuestras maletas lo más rápido que pudimos, nos subimos al carro y nos apartamos del lugar.
Esa escena era casi de película de terror.
Se escuchaban voces, pero no se veía a nadie en la calle, mi padre manejó hasta las afueras de la ciudad...
¡¡¡No eres bienvenido de vuelta!!!
Fue entonces que supe que era lo que estaba pasando en ese lugar, era algo muy malo.
Se lo conté de inmediato a mis padres y su mirada me dijo que eran correctas mis sospechas.
Teníamos que huir de ese lugar y nunca volver, lo que sería perder la casa al no poderla rentar o que se apoderen de ella, esto no iba nada bien, ya que, miré por última vez por la ventana.
En eso, sentí una punzada por todo mi cuerpo.
Sentía como el metal se retorcía a mi alrededor aprisionándome, vi como los vidrios salían volando en todas direcciones causándome diversas heridas en el rostro y en los brazos.
Sentí un dolor muy fuerte, me di cuenta de que pasaba, alguien se quería deshacer de nosotros...