Cartas a mi Amigo Imaginario

Funeral

Caía la lluvia empapando e a todos los presentes.

En el aire solo se respiraba dolor, ¿por qué?

Era la pregunta que rondaba mi mente constantemente dejándola sin descanso alguno para poder meditar en lo que tenía delante de mí.

La atmosfera era sombría, como nunca yo la había experimentado.

Son de esas veces que descubres una sensación nueva, la cual no quisieras volver a sentir en tu vida.

Exactamente eso es lo que siento ahora, las emociones chocan entre si lo cual hace que sea mentalmente inestable.

No sé qué hacer en estos momentos, me siento débil y culpable, todo lo que ha pasado en estos últimos meses ha sido en gran parte mi culpa, y eso es algo que nunca me podré perdonar.

Siento que soy el principal responsable de lo que les ha ocurrido a mis padres, estoy confundido, supongo que esto es lo que debía recibir.

Volteé a mi derecha y pude ver a Max y Fox que se acercaban, con cada paso que daban mi conciencia me remordía cada vez más, cuando los tuve enfrente volví a la realidad.

No sabía exactamente lo que ellos me dirían o lo que harían, a la verdad a lo que me dijeron o lo que hicieron no le tomé mucha importancia.

Sólo veía como ellos movían la boca, pero no entendía ni una sola palabra de lo que ellos decían.

¿Qué me estaba pasando?, no lo sé exactamente, solo espero que no sea nada malo.

La lluvia seguía cayendo a raudales, lo cual hacía imposible salir del lugar, por lo cual tenía que convivir por ese momento con gente que en realidad odiaba o me incomodaba su sola presencia.

Pasaron horas hasta que se detuvo la lluvia por completo, lo cual agradecí, al fin me libraría de esa gente.

El camino al cementerio transcurrió en completo silencio, Katy iba sentada a lado mio, ya que era la que me ayudaba a volver a la realidad cuando me perdía en mis pensamientos o emociones.

Al llegar al lugar ya nos estaban esperando, bajaron las cajas y las transportaron a su respectivo lugar de sepultura, seguidos de todos los asistentes.

Yo iba detrás de las cajas tomado de la mano de Katy, fue uno de los trayectos más silenciosos y tristes que he tenido en mi vida, y que en verdad no quisiera repetir.

Al llegar a donde serían sepultados, todos se formaron para darles el último adiós, lo cual me hizo estallar en lágrimas.

Caí al suelo sobre mis rodillas apoyando las manos en el suelo, no quería aceptar lo que estaba pasando enfrente de mí, no, esto solo era un sueño, no es posible.

Me levanté del suelo con el rostro lleno de lágrimas, aquella escena era en lo absoluto desgarradora, volteé a ver el agujero que había en el suelo, las cajas ya estaban en su lugar correspondiente.

Horas más tarde, ya que habíamos llegado a casa, subí rápidamente a mi habitación, Katy me siguió preocupada por lo que me pasara o iba a hacer.

Abrí la puerta del cuarto y me arrojé sobre la cama, la culpa me carcomía por dentro, Katy me tomó de la mano y me susurró al oído.

–Todo va a estar bien Jack, yo estoy contigo

Aquellas palabras me reconfortaron, ya no tenía el mismo sentimiento de culpa de hacía unos momentos, lo cual era muy bueno para mí.

Katy se acostó sobre la casa a un lado mio, me acomodé para dormir, ese día había sido muy largo, necesitaba descansar, me volteé y Katy me tomó de la cara para luego fundirnos en un tierno beso, el cual decía más que 1000 palabras.

Nos separamos por la falta de aire, luego nos dispusimos a dormir, los dos en un abrazo, el cual me ayudó a saber que no todo se había acabado.

Aún tenía algo importante para mí en este mundo, y ese algo era Katy, aún quedan recuerdos y sueños, aún hay un futuro por delante, aún hay vida.



#24906 en Otros
#7648 en Relatos cortos

En el texto hay: recuerdos, amigo imaginario

Editado: 03.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.