Esta fue la historia de un joven soldado y una joven damisela, los cuales se enamoraron en medio de una guerra que los separó.
Esto pasó en 1944 cuando la guerra había estallado, había estallado de tal punto que derrumbó naciones, edificaciones, economías, familias, amistades, y amores.
Estos jóvenes eran chicos comunes pero tenían algo que los diferenciaban de todos, eran los jóvenes más enamorados de toda su comunidad, no sabían como podían estos dos chicos amarse con esa intensidad con la que hacían.
Muchos les daban pocas esperanzas de estar juntos, pero demostraron con su gran amor que no seria así como lo predecían. Desde un inició fueron destinados a estar en la misma época, mismo año, mes, día, hora, minuto, segundo y sobre todo en sus vidas.
Se conocieron por mera casualidad, aunque ellos no creían en las casualidades, creían que todo lo que pasaba era por algo y para aprender una lección que los marcaría para siempre... Y estaban en lo correcto.
Un día esta chica de cabello marrón claroscuro, piel clara, más clara que las nubes que rodeaba sus días, se tropezó con este chico, cabello negro, alto mucho más alto que todos los chicos que habitaban en su comunidad, piel blanca y con unos ojos verdes obscuros que cuando le daba el sol estos se convertían en un verde muy claro.
Ella salía de una librería con un libro en sus manos, no se fijó en la persona que venía frente a ella ya que veía su libro con mucho orgullo. El chico también venía distraído con unos rollos que habia comprado para su cámara y los veía con mucho reojo, tropezaron torpemente.
-Disculpa- dijo el chico tomando a la chica del brazo.
-No, disculpame a mi- dijo y el joven chico miró su rostro, se dio cuenta de la belleza que tenia al frente de él- Soy un poco torpe y venía distraída- por fin la chica lo miró y notó lo hermoso que le resultaba ese joven.
Los dos quedaron en un profundo insomnio, sus ojos no podían dejar de verse y analizarse. La chica notó aquel hermoso color verde claro en sus ojos y no quería dejar de mirarlos, por otra parte el chico no podía quitar la mirada de su rostro y de su hermoso cabello largo acompañados con unos rulos interminables.
-No te preocupes, es normal- dijo el chico aún anonadado por su belleza, parpadeó un par de veces dándose cuenta de aquello que había dicho- No es que tú seas torpe, no- decía nervioso- Solo digo que... Es normal...- la chica río.
-Lo sé, los dos somos torpes- dijo ella regalándole a él la sonrisa mas hermosa y sincera que había visto.
-Si- río el nervioso viendo el suelo para después mirarla a ella.
Él aún la sujetaba del brazo, la chica lo notó y este lo soltó rápidamente.
-Lo siento- se disculpó nervioso.
-No te preocupes- río ella de igual manera nerviosa, paso su cabello marrón claroscuro a la parte de atrás de su oreja mostrando su inocencia. El chico deseo ser aquella mano que tomará aquel cabello tan largo y lleno de brillo para colocarlo detrás de su oreja y así poder contemplar mucho mejor su belleza.
-Bueno... Emm... Me voy- dijo ella con una sonrisa plana, ella sabía muy bien que no quería perderlo de vista.
-Si, claro- respondió él con cierta tristeza, él tampoco quería perder de vista ese hermoso rostro.
La chica se volteó y siguió su camino anterior, pero hubo un momento en que ella se volvió a donde estaba él y lo sorprendió diciendo:
-Me llamó Claudia- río- Un gusto en conocerle...
-Marcos- respondió con una gran sonrisa- El gusto fue mio, bella dama- vio que ella sonrió más y se sintió que su corazón saltaba de felicidad.
Se dio la vuelta y siguió pero esta vez sin ver hacía atrás.
Los dos tenían metas muy similares pero con diferentes proyectos, él quería fotografiar algo que lo dejara impresionado por tanta belleza, pero aún no sabia lo que era. Había fotografiado miles de paisajes con hermosos atardeceres pero ninguno que lo dejara impresionado por tanta belleza. Y ella quería convertirse en escritora y encontrar ese amor verdadero, quería encontrar ese amor que la dejara con ganas de seguir viviendo y nunca terminar, como en sus novelas que leía.
Aunque ella se había resignado en eso, en encontrar a esa persona que la dejara vivir aquel amor.
Sabían que querían encontrar eso que derribará todas sus expectativas y les hicieran ver las cosas de otro punto de vista y no como las demás personas lo hablaban.
Pero aún no sabían si podían encontrar aquello...
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