Sabia que quería que él fuera el hombre que la acompañara toda su vida y fuera el padre de sus hijos.
Corrió hacia él para abrazarlo por la espalda, este al sentir aquellos brazos delgados abrazandolo, la volteó para tenerla en su vista y ella sonrió con lágrimas en sus ojos.
-Si, si me quiero casar contigo- lo beso sorpresivamente- Siempre supe la respuesta, siempre supe que quería que fueras el hombre que compartiera mi vida y futuro padre de mis hijos- él sonrio- Solo que no me diste tiempo de analizarlo- confeso ella y los dos rieron.
-Lo sé- volvio a reir. Se arrodillo ante ella y sacó un anillo con un pequeño diamante dorado. No era lo mejor en un anillo, pero ella lo sentía perfecto- Te lo vuelvo a preguntar como se debe ¿Quieres ser mi esposa?- ella asintió repetidas veces.
-Si, si quiero- le puso el anillo y se levanto para alzarla en sus brazos y besarla.
- Te amo- dijo ella abrazándolo- Y aquí estaré esperándote, esposo mio- susurró en su oído para después separarse de él, verlo con aquella sonrisa que lo había dejado anodadado desde un inicio.
-Te amo. Y volveré a ti, esposa mía, siempre lo haré- soltaron sus manos y este abordó el tren.
Ella esperaba que se asomará por la ventana para ver su hermoso rostro y cuando por fin lo vio se le formo una sonrisa.
Él extendió una carta que sostenía en su mano y se la entregó.
-Leela cuando me haya ido y cuando sientas miedo- asintió.
-Lo haré- beso el dorso de su mano por una ultima vez.
-Eso lo debo hacer yo, mi querida esposa- río él.
-Soy diferente, y lo diferente siempre sigue su corazón- dijo ella para soltar su mano al escuchar el silbato que indicaba la salida.
-Te amo- dijo este.
-Te amo- dijo ella con sus sentimientos a flor de piel.
Cuando el tren se había perdido de la vista de todos, ella recordó la carta que tenía en su mano.
La abrió y decía las siguientes palabras:
No te dejaré nunca, porque tengo un propósito contigo.
Y sino no regreso quiero que sepas que me encanto haberte conocido.
Y ahora que no puedo hablar, pido que por las noches sin dañarte te alegren nuestros momentos juntos.
Esta carta la escribo con dolor pero duele más saber que no podré abrazarte a cada día
Y ahora que no puedo hablar... Te recuerdo esto... TE AMO
Para: Mi esposa
Ella volvió a envolver el papel y míro el carril de trenes y dijo para si misma:
-Te amo más- toco su vientre vientre plano- Y aquí te estaremos esperando.