Cartas a mi soldado

Cap extra: 6

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que él se marchó? ¿6 u 8 meses? Ya había perdido la cuenta de cuantos días se había desvelado esperando su regreso, la esperanza no la había perdido nunca, él le había prometido volver a su lado.

Flash back

- ¿Por cuánto tiempo te irás?

- No lo sé, esta misión se ha vuelto algo compleja.

- Alejandro... ¿volverás a mi?- dijo tomando su rostro mientras lagrimas desbordaban sus ojos jade.

Su silencio respondía por sí solo, había esquivado su mirada, eso la inquieto aún más.

- No puedo prometerlo, conoces perfectamente las condiciones de estar en el escuadrón de operaciones especiales.

- ¡Entonces déjalo!

- ¿Que dices?

- ¡Olvídate de ser su comandante! Si te pierdo yo... yo moriría sin ti- respondió aferrándose a él.

Acarició débilmente su cabello como si quemara.

- ¿Cuánto tiempo llevamos juntos Jazmín?

- 3 años, en unos meses serán 4.

- ¿Y hace cuánto es que yo estoy en ese escuadrón?

- Hace 6 años- esquivó la mirada y respondió en un hilo de voz.

- Comenzamos juntos de esta manera, sabías a lo que nos enfrentamos, tarde o temprano puede que yo no vuelva a cruzar las puertas de la ciudad.

- ¡Déjalo Alejandro! Nunca te exijo nada pero por favor...olvídate de esto, no quiero que llegue el día en el que me digan que te has ido de mi lado.

- Somos soldados cariño.

- Si el ser militar implica entregarle a la muerte al hombre que amo, entonces dejaré todo.

Se agachó para quedar a su altura y limpio suavemente el recorrido de lágrimas mientras le regalaba una forzada sonrisa.

- Ya te volviste loca Hans.

Lo miró con la vista nublada, a la vez que apoyaba su frente con la de él.

- Prométeme que volverás.

- Jazmín...

- Promételo aunque sea una mentira...

- No te mentiría con algo así.

Suspiró agotada, sabía cómo era la vida de un soldado, no podía oponerse a sus leyes, sabía que los sentimientos solo eran un estorbo pero aún así lo amaba con todas sus fuerzas y ninguna ley le impediría proteger al hombre que la había enamorado.

Se dio la vuelta para volver a su casa ya se había agotado el tiempo de despedidas, Alejandro tenía que partir. Dio unos cuantos pasos cuando unos fuertes brazos la rodearon por la espalda.

- Volveré a ti- susurro en su oído.

Se aferro fuertemente a sus brazos mientras lloraba por última vez esa noche, sabía que solo eran palabras pero quería convencerse de que eran reales.

Fin del flashback

Y así se la pasó, noche tras noche frente a la entrada, esperando a que Alejandro cruzara el umbral de la puerta para correr a sus brazos, noches interminables de angustia y dolor.

Despertó por la mañana luego de dormirse una vez más en el sofá, miró el calendario, 14 de febrero, se cumplían 9 meses desde que el partió. ¿Que mas daba esa tonta fecha? A ella lo único que le interesaba era que su hombre regresara sano y salvo.

Se alistó y salió a ocuparse de sus actividades con una sonrisa falsa ocultando su dolor para regresar a su casa y llorar de nuevo hasta dormirse de nuevo en el sofá.

El sonido de la puerta la despertó, miró el reloj que marcaba las 9 de la noche, había dormido el resto del día.

- ¡Mei! ¿pasó algo en el hospital?

- Jazmín, toma asiento.

- Me está asustando, ¿que es lo que pasa?

- Hace unas horas llego un ave con un mensaje sobre la misión en la que estaba Alejandro.

- ¿Entonces ya acabó? ¿Todo salió bien? ¿El ya viene? Lo sabía yo...

- ¡Jazmín no hubo sobrevivientes! Enviaremos a un equipo de rescate a analizar el terreno...

Las palabras de Mei se colaron en ella como miles de agujas que le perforaban el corazón, toda gota de esperanza que quedaba en ella se había evaporado, en cierta parte se esperaba una noticia así pero no quería ni podía afrontarlo, Alejandro se había ido, el no cumplió su promesa. En un estado shock se quedo durante la siguiente hora, Mei la contuvo el mayor tiempo que pudo pero debía partir para informar las pérdidas a las otras familias.

Sentada en el sofá que la albergó durante esos largos meses se quedó mirando hacia la nada con el corazón hecho trizas y las lágrimas inundaban su rostro. Ese día sintió que había muerto pero no físicamente. El dolor que se siente el perder a la persona que amas... no se puede describir.

Dos semanas habían pasado, no tenía fuerzas para comer ni para salir, mucho menos para levantarse de aquel sillón, lloraba por la mañana, tarde y noche. La noticia se esparció rápidamente, sus amigos querían apoyarla pero ella se había cerrado por completo.

No se había dado cuenta en qué momento volvió a dormirse, el sonido de la puerta la trajo de vuelta al mundo. Miró la hora, era media noche. Suspiró con dolor mientras la puerta seguía sonando, no tenía fuerzas ni ánimos para levantarse pero el sonido insistente le estaba dando jaqueca. De mala gana arrastró los pies hasta la entrada, sus ojos hinchados, su piel más pálida que de costumbre, su estado era deplorable. Abrió la puerta en un quejido ahogado y como si hubiera visto un fantasma se quedó paralizada.

Su ropa magullada, su máscara trisada en miles de partes, su cabello desordenado y sucio, heridas graves por todo su cuerpo, su cuerpo había llegado a su límite, su fuerza vital era casi nula y un ramo de flores de cerezo en su mano izquierda.

- Creo que tarde un poco, feliz San Valentín con 2 semanas y 5 minutos de atraso- dijo a duras penas.

Su Alejandro, su amado estaba allí frente a ella, luchando entre la vida y la muerte, pero había vuelto, había cumplido su promesa.

Se echó a llorar como cuando el partió, como cuando se cumplió el primer mes sin él, como cuando estuvo de cumpleaños y el no regresaba, como cuando estuvieron de aniversario y se vio sola en aquella habitación. Como cuando le dijeron que el ya no estaba. Se aferró a él para sentir que no era un sueño, tomo su rostro y lo miró confundida.




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