Querido papá:
Un nuevo día a llegado y junto a él una más de mis cartas. Hoy te contaré el segundo lugar el cual visite, me costó mucho esfuerzo y trabajo pero valió la pena sin duda alguna.
El segundo lugar que conocí fue Lanikai Beach, una playa ubicada en Kailua, en la costa este de Oahu Hawái. Una hermosa playa, donde pude conocer personas y culturas nuevas.
Me quedé durante un largo mes, conseguí un pequeño trabajo, donde conocí mucha gente. La mejores personas que he podido conocer.
Kono Kalakahua, una chica de veintisiete años, se convirtió en mi mejor amiga en el tiempo que estuve ahí, es más ahora es como una hermana, al igual que toda su familia.
Te sorprenderás cuando te digas que he aprendido a surfear, gracias a Kono y a su primo Chin, quiénes son muy reconocidos en el surfeo, algo que ambos llevan en la sangre.
Me costó mucho poder hablar con fluidez su idioma, pero gracias a kono pude dominarlo a la perfección. Debo de decir que es un lugar sumamente precioso, y no por sus hermosas playas, sino por las personas y la cultura que los rodea.
Mi mamá hubiera estado encantada de conocer todo lo que tuve la fortuna de conocer en esa pequeña isla. Sabías que mamá amaba el mar y le encanta estar rodeada de gente, yo creo que si lo sabias, pues mi mamá le gustaba contarle a todos sus sueños y por eso ahora es recordada.
Recuerdo lo mucho que hablaba, también puedo recordar que siempre estaba rodeada de gente, gente que aveces no me agradaba, pero para ser sincera, no me gustaban las personas, incluso puedo recordar lo amargada y cerrada que me volví a los doce.
Pensé en no hablar de ella, pero para ser sincera ella nos sigue manteniendo unidos como padre e hija, algunas cosas no cambian y por eso mismo sigo escribiendo, porque algo que haría más feliz a mamá, aparte de esas playas, es ver a su esposo y a su hija hablando sin ninguna barrera de por medio.
Y a pesar de que no hablamos en persona, escribirte me tranquiliza un poco, pues ninguno de los dos somos muy habladores, otra cosa más en común, pues Juan, mi hermano, es el vivo ejemplo de mi madre, tan carismático y hablador que a veces llegaba a envidiar.
Pero me di cuenta que no debo de envidiar a nadie, que debo ser la misma persona de todos los días y no cambiar por culpa de las personas, simplemente ser yo misma. Pues aparentar ser quien no soy, quedó atrás hace más de cinco años.
Tengo que confesarte que no quería ser enfermera, es más lo odiaba por muchas cosa, pero sobre todo porque no era lo que quería, yo simplemente quería escribir como en estos momentos estoy haciendo, pues esto y viajar es lo que en verdad me apasiona y el sueño por el cual lucharé hasta que suceda.
"Pues las esperanzas son lo último que muere y los verdaderos sueños son los primeros en cumplirse, si lo deseas con el corazón"
Eso era lo que me repetía mamá todos los días desde que decidí estudiar medicina, lo que tu querías para mi. Ella sabía todos mis secretos, mis sueños y me apoyaba más yo decidí ser un orgullo para ti que cumplir mis verdaderos sueños, aquellos que amaba, amo y amare con locura el resto de mi vida.
Pues a pesar de que no le guste a varias personas, incluyéndote a ti, pues sé que la simple idea de que tu hija se dedique a desperdiciar el tiempo te desagrada y te irrita de formas inimaginable, nunca lo dejare de hacer. Porque esta soy yo y nunca más tendré miedo de demostrarlo, nunca.
Atentamente: Mía
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Editado: 04.11.2020