Cartas a quien un día amé

Carta 5

16 de diciembre de 2013

Frank:

 

En días anteriores me sentía tan mal que no tenía ni siquiera ganas de sacar la caja en donde he estado colocando las cartas. De hecho, llegué a pensar en quemarlas y terminar con todo esto, pero no puedo, ya no me considero fuerte, ni siquiera para seguir escribiendo, ya no puedo sostenerme, no puedo sonreír ni ser la misma de antes, no tienes idea de todo el daño que estás haciendo ni de lo que has hecho en mí.

Siempre dicen que el amor transforma a las personas. Tienen razón, muchas de ellas mejoran cada día y llegan a ser plenamente felices, pero a otras las hace monstruos, las destroza hasta reducir en mil pedazos a un hermoso corazón. A mí me has hecho lo segundo. 

Temo convertirme en alguien que ya no reconozca ni a sus propios padres, y no, no estoy exagerando, puedes decir que para la edad que tenemos, un amor puede resultar simple y sencillo ya que somos jóvenes e inexpertos, pero ¿qué me dices de todos estos sentimientos? ¿acaso siento todo esto porque soy inmadura? Ya no soy una niña, ni tampoco tengo ocho años para ir corriendo a los brazos de mamá y contarle que alguien me ha quitado a quien más quiero o que mi mejor amigo me ha dejado de hablar. Esto es algo muy diferente, es algo que me ha cambiado. Hace días sentía la confianza y seguridad de seguir adelante, pero hoy... ya no queda nada.

Qué importa que me llamen infantil o que me digan "ya supéralo", quisiera que ellos se pusieran en mi lugar y vieran a la persona que más quiero tomado de la mano de alguien más. Que soportaran las miradas de todos en la escuela, que soportaran todos los estúpidos rumores que me golpean a diario, como quisiera retarlos a estar un solo día en mi lugar. No digo que soy la única que está pasando por esto en este preciso momento pero, ahora estoy hablando por mí.

Para mi suerte hoy fue el último día de escuela y comienzan las vacaciones de Navidad. Al fin tengo un descanso de toda esta basura, al fin voy a dejar de verte a diario. Pensemos en todo lo que ha pasado en estos días, quiero que recuerdes todo lo que has hecho.

Ayer a la hora de gimnasia todo marchaba bien, para mi suerte me tocó estar en la banca ya que mi condición fisica indicaba que en cualquier momento me desplomaría; tengo cara de moribunda ya que no he dormido bien, en fin, estaba en la banca, todo era perfecto, estaba hundida en mis pensamientos y aún me empeñaba en encontrar una justificación al hecho de que la llevaras a ella al mismo al lugar que solíamos ir cada vez que queríamos recordar nuestra primera cita. 

De pronto el balón me golpeó tan fuerte que solo vi borroso, cuando me llevé las manos a la cabeza para evitar que todos vieran el tremendo golpe, descubrí que la sangre estaba empapando mi cara, vaya suerte, el balón me golpeó directo en la nariz, al instante llegaron una ráfaga de suposicione, por un momento te vi corriendo a mi lado preguntando cómo me sentía, pero sólo fue eso, una estúpida una suposición.

A mi alrededor estaban las chicas sosteniendo mi cabeza y el entrenador gritando que me trajeran una toalla, y tú... tú estabas aún en la cancha rebotando el balón. Todo habría terminado bien si no hubieras dicho "¡déjenla, está exagerando!", ¿es en serio? Te estas empeñando seriamente en que te odie y felicidades, lo estás logrando. Pude decirte un montón de cosas, escupir todo lo que te quiero decir, pero por respeto a los presentes y al poco amor que aún te tengo me concentré en levantarme y caminar hacia las duchas.

Patética, ¿no?, aunque tenga ganas y me muera por decirte todo esto que siento, no diré nada. Quiero que me veas segura y estable, aunque de eso no tenga ni una pizca, me dedicaré a salir adelante poco a poco, no es fácil y nunca lo será, pero como había dicho en otras cartas, no dejaré que me hundas ni que me pisotees como lo estás haciendo.

Por hoy dejaré de escribir, tengo que preparar las maletas, ya que mañana por la mañana nos vamos de la ciudad, ésta navidad la pasaremos en casa de los abuelos, creo que es lo mejor que me ha pasado en estos días, necesito cambiar de rutina y respirar otro aire, necesito abrazar a mis abuelos y sentir ese calor que tanto extraño, necesito estar lejos.

Carta 5

 Liz.



#46262 en Novela romántica
#12474 en Joven Adulto

En el texto hay: juvenil, cartas, primer amor

Editado: 25.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.