El calor de tus brazos alimenta mi alma,
el olor de tu cuerpo ilumina mi ser,
y te digo todo esto porque sabes que te quiero,
y quererte es un oscuro y negro anochecer.
Mi cabello guarda el aroma de tu recuerdo,
y mis dedos hablan de ti y nada más,
y no sé cómo aún así, no entiendes que te quiero,
si por ti sería capaz de al mundo renunciar.
Te diré en una sonrisa lo mucho que te quise,
me dirás en una mirada que nunca me querrás,
pero soportaré con dolor este amor imposible,
aunque muera en agonía si en otras manos estás.
Y lloraré en silencio cada vez que te vea,
y cada vez que me rechaces más,
porque entenderé en un triste sufrimiento,
que tú sólo has sido mi asíntota.