Cartas a un suicida

6. El juego de la muerte

Capitulo 6

—¿Cómo es posible...?— murmure admirando la escena en los baños femeninos de el psiquiátrico. Es completamente horroroso, un cuerpo sin vida y un charco de sangre oscura y vino tinto lo cubre. Marcas navajazos en su cuello y moretones en piernas y brazos, un cuerpo en desnudo. 

Como sucedió todo es irrelevante, ahora lo único que importa son las consecuencias de dichos actos. La vida y su alma abandono este mundo de una manera trágica y espeluznante, una obra de un ser despiadado que cuyo único fin es alimentarse de el miedo. Todo tiene un razón, lastimosamente yo estoy en el y no podría descansar hasta atacar y cazar aquello que le impide llegar a su objetivo. 

Estoy en este circulo vicioso en el que me sentía indudablemente culpable por las muertes ajenas, cuando nunca hice nada en el pasado para evitarlo, después de haber hecho tanto para prevenirlo quede en cierto punto donde estoy en la misma posición.

La manera más sencilla de acabar esto, ilumíname o elimíname.

Doce horas antes de el juego de la muerte.

—Es inaceptable— le reprocho mientras dibujo algo sobre mi libreta sin siquiera levantar  la mirada.

Ella simplemente me ignora, como todos estos días. No se como puede ser tan ingenua, si se supone que conoce a Leonard, y si no es común este tipo de invitaciones ¿por que acepta?. 

<<No-te-me-tas>> Me decía mi consciencia pero yo me hacía la de no entender.

Mágicamente desparece de el cuarto y me deja con la palabra en la boca. Es suficiente, se el lugar y la hora, me canse de actuar como si esta mierda no fuera a explotar en nuestras narices. Por lo menos se que hacer en caso de emergencias.

No creo que lo comprendan, es muy complicado como para que alguien entienda todo esto. Es imposible tener solo unos malditos dieciséis años y tener una vida normal.

Es malo, más oscuro y completamente real. No es solo una fantasía como muchos piensan, es más que eso. 

Es un misterio conocer la realidad de las cosas y cuando lo sabes, es imposible evitar que te caiga encima. 

Eso me sucedió a mi, que después de meterme en donde no debía, salí más perjudicada que nunca y todo comenzó cuando empecé a mirar debajo de la piel de quienes acaparaban mis sospechas, luego de eso fue inevitable. Todo lo que sucedió después de eso destruyo totalmente lo que me rodeaba. Mi vida y a los que pertenencia a ella.

El día se paso como de costumbre y casi pude ver a Clara anhelando que llegara la hora de encontrarse con su despiadado acompañante, además no me malinterpreten, no tengo nada en contra de Leonard, si no es su otra cara la que me preocupa.

Llego la hora y como era de esperarse ella no apareció por el cuarto, camine por los pasillos actuando casi normal, no la localice pronto puesto que el sótano de el conserje estaba vació.

Seguí caminando y caminando sin avance alguno, todo estaba en completo silencio y los guardias de las puntos de vigilancia principales estaban en un quinto sueño. La sombra me atrapaba y a la vez me comía sin piedad, pensaba muy bien mis pasos y los dudaba el doble sin temor alguno, solo con cuidado.

Unos quejidos comenzaron a sonar desde lo más profundo de los cuartos de el piso seis, mi primera alerta me decía que huyera y lo olvidará pero lo más seguro era que mi yo interior iba a hacer todo lo contrario. El sonido estaba en intermedio entre agudo y grave, el de una voz. Al acercarme note que parecía ser gritos de auxilio. 

Tome el pomo de la puerta y lo abrí, mis ojos no daban credibilidad a lo que veían. Clara y Leonard amarrados por una cuerda, amordazados y golpeados. Ella estaba desmayada e inconsciente y el pedía ayuda a gritos. La imagen se quedo grabada en mi cabeza casi a el instante; Lo primero que hice fue deshacerme de sus ataduras y liberarlos, Clara aún en estado de shock no respondía y Leonard solo lucía desconcertado. 

Le tomo el hombro con mayor delicadeza y lo sacudo un poco.

—Clara...

—Despierta— le susurro y hace un esfuerzo en abrir los ojos, lo que me hace pensar que el golpe que le proporcionaron fue muy fuerte y por eso de inmediato volteo a ver el rostro de Leonard. Después de algunos minutos esperando a que ella volviera a estar consciente, me tome la libertad y el atrevimiento de interrogarlo. 

—¿Recuerdas como paso?

Leonard niega con la cabeza de manera tímida.

—¿Crees que fue el?— inquirí de inmediato.

Se encoje de hombros.

Su preocupación es genuina, el no ha tomado el control. Entonces si no fue e¿quien fue?, la única persona que haría algo así sería el. A menos de que estuviera encubriendo otra cosa, aunque no lo creo, el solo tiene una razón y es ella, no podría estar buscando más salidas.

—No lo entiendo— dije pasando una mano sobre mis cienes . —¿Acaso solo aparecieron golpeados y tirados por ahí?, no es muy creíble.

El me ignoro categóricamente y comenzó a llorar, lagrima tras lagrima.

Me observaba y observaba a Clara como si no entendiera mientras derramaba liquido por sus ojos, sus mejillas rojas y cejas fruncidas.

Era bastante claro, no estábamos con Leonard. Era el posible retenedor de trauma. Agh esto será un problema.

No sabía que hacer exactamente, si le avisaba a Jorge, Clara lo negaría, por supuesto y el me tacharía de mentirosa.La gran pregunta era ¿Por qué? 

Por lo más obvio, ella no quiere que la alejen de el, Leonard alimenta algo en Clara que no se que es. 

Yo estaba segura que había sido el, pero no tenía las suficientes pruebas para acusarlo, solo tenía sus pastillas pero... no importa. Además si muestro el bote de medicación lleno, me metería en un gran problema, lo deduciría de inmediato. Por el día que le dije que Clara estaba vomitando y sería peor.



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En el texto hay: tristeza, muerte, muerte suicidio

Editado: 28.10.2021

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