Cartas a una Princesa

3. Un taco

En la escuela le pregunté a muchas personas si la princesa les había contestado pero al parecer, a nadie más a que mí me había hablado. Sentí que todo podría ser una broma. Una muy cruel. Y es que sí sería raro que de todos sólo me respondiera a mí, un tipo común con un gato.
Seguramente todo era falso.

Lio, mi mejor amigo del mundo mundial llevó un periódico a la escuela. Tenía fotos de la familia real. En un jardín estaba el Rey Charles y su esposa, la Reina Caroline. Y que decir de Rosemary, se veía muy linda con su vestido rosa de princesa... No era posible que ella fuera quién me hubiera mandado aquella carta. Para evitarme el ridículo no le dije a nadie.

— Mira, Chris, aquí —dijo Lio—. Es una nota escrita a mano de la princesa.

Le arrebaté la página a Lio. Y observé detenidamente. ¡Pero sí era la misma letra! ¿Entonces ella sí era la mismísima princesa de Indonia? Y yo que le escribí puras estupideces. Quería arrojarme de un séptimo piso dos veces. Acababa de enviar una carta a mi futura reina hablandole como si fuera alguno de esos vagos de la esquina con los que en veces hablaba. Oh, dios mío.

Cuando llegué a casa me encerré en mi habitación y me quedé en el suelo, deprimido, abrazando a mi gato. Luego de un rato llegó mi papá. Lo miré desde el piso.

— Bueno, por lo menos ya no estás bailando— dijo, me mostró un papel—. Te llegó una carta.

Me levanté de golpe y la tomé. La dirección era del palacio. Mi papá ni notó eso, qué bueno que la princesa no había puesto su nombre en el sobre. La abrí. Sí, la misma letra del periódico, con la letra “i” pequeña, con un micro puntito.

"Querido Christian:

Lamento que mi nombre sea muy largo. Sé que es extraño. Pero el de mi papá es aún más largo. ¿De verdad tu vecino se llama Telésforo?

Tu carta me hizo reír de nuevo. Eres muy gracioso. No creo que pueda tomarme unas vacaciones pero si algún día tengo un día libre, ¿Me enseñarías esos lugares bonitos de los que hablabas? Sé que no puedes confiar en una desconocida pero quisiera que tuvieras la convicción de que no voy a hacerte nada malo.

Mi cabello sí es rubio naturalmente, creo. No recuerdo que me lo hayan pintado. Y no, la guardia no va a llevarte a ningún lugar porque no saben que te envio cartas. Sé que debí decirlo antes pero, ¿Podrías mantener nuestra conversación en secreto? Si alguien lo supiera me metería en muchas dificultades. Mi padre es muy estricto en lo que respecta a mi seguridad y piensa que todos son espías que intentan dañarme. Sé que no eres así.

Entiendo que no creas que yo sea la verdadera princesa. Así que te lo voy a demostrar. En la noche del día de hoy me harán una entrevista para el canal 9. Si estás atento te mandaré una pista. Espero que la entiendas.

No me dejan tener mascotas. Pero si tuviera una sería un gato. Nunca he comido un taco... No sé qué es pero espero comer uno. Debe ser delicioso si con eso amerita que un gato se llame así.

Quiero enfrentar a mis padres. Quiero decirles que no quiero casarme todavía. Sé que me entenderán. Pero todavía no estoy lista.

Espero que sigas hablando conmigo.

Atte. Rosemary"




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