"Querido Christian:
La voz de Clara Williams es un poquito irritante. Y me gustan todos los animales por igual, no me gustaría que los amantes de los perros me odiaran.
Deseo ver ese río del que hablas. Y me gustaría conocer a tu amigo Lio y a tu hermana Vicky. No tengo hermanos y siempre estoy demasiado ocupada como para hacer amigos. Debe ser asombroso poder hacer muchas cosas con la gente que quieres.
Voy a decirle a mi padre sobre lo del matrimonio pero no creo que aprovechar a que esté ocupado funcione. ¿De verdad destrozaste el auto de tu papá?
Me regañarían si hago algo parecido.
No soy para nada valiente. Si lo fuera ya le habría dicho a papá lo mucho que me molestan varias cosas. Una vez estuve a punto de desmayarme por los nervios, cuando fui a la coronación del príncipe Henry como nuevo rey de Soria. Me pasaron a decir unas palabras y sentí que me desvanecería.
Siempre me pongo nerviosa antes de hacer algo, creo que es normal.
Mi color favorito es el rosa. Me recuerda a mi abuela, la Reina Mabel II. Ella es la única persona que me entiende.
¿Porqué te gusta el color blanco?
He decidido que si algún día tengo un día libre, quiero ir contigo a un río, quiero comer un taco y jugar a que soy una espía. Nunca pude jugar a nada de niña. Mi madre me obligaba a aprender francés.
Aunque suene tonto, ¿Jugarías conmigo?
Espero salir un día del palacio.
Atte. Rosemary"
— ¿Qué es eso, Chris?— dijo Vicky, mientras entraba a mi habitación sin permiso.
— Mi testamento. Le dejo todas mis cosas a mi gato.
— Parece una carta... ¿Es de tu novia? ¿Es bonita?
— Ya te dije que es mi testamento. Mi abogado tiene la letra muy bonita.
— Lo que pasa es que no quieres enseñarme nada. No confías en mí— hizo un puchero y puso cara triste—. Ya no me quieres.
— Eso no tiene nada que ver—la miré, guardé la carta—. Y no voy a contarle mi vida amorosa a mi hermana.
— Ya no soy una niña. Tengo 7 años. Y si no me dices te acusaré con mamá.
— ¿Desde cuando no decirte algo es tan malo? Mamá no va a hacerte caso.
Vicky salió del cuarto. Traía su coronita de plástico. Toda una mini princesa. Pensé qué sería lo que haría si conociera a Rosemary. No lograba imaginarme nada, era tan surreal que parecía imposible. Decidí escribirle una carta. Cuando terminé la metí en un sobre y fui a dejarla al buzón.
" Querida Rosemary que se ve muy linda de azul:
Mi hermana se avalanzaría sobre ti si te conociera. Tiene 7 años. Probablemente tocaría tu vestido, tu cabello, tu corona y toda tú si tiene oportunidad. Es una buena hermana pero en veces me desespera. Hace un rato me amenazaba con acusarme con mamá si no le mostraba tu carta. No te preocupes, tú secreto está a salvo conmigo.
Mi amigo Lio te agradaría. Se llama Lionel. Y tiene muy buenas calificaciones, es muy amable y tiene una cara de niño de diez años. Se ve muy tierno.
Él me ha enseñado muchos lugares que quiero mostrarte.
Y no, no te recomiendo que uses el auto de tu papá sin permiso. Aún sigo castigado por esa ocasión.
Entiendo lo de los nervios. Pero no aparentas estar nerviosa. ¡Qué miedo eso de hablar en una coronación! Yo me hubiera desmayado. ¿De verdad conoces al Rey Henry? Por supuesto que sí, obvio, eres una princesa. Admiro mucho al rey, es el más joven en convertirse en cabeza de un país. Digo, tiene mi edad y ya rige un reino entero.
Una vez me dejaron la tarea de decir una palabras en la boda de mi tía Licha. Ensayé por una semana lo que diría pero al final me asusté tanto que vomité encima del tío Víctor. Y por si te lo preguntabas, sí, él era el novio de mi tía Licha.
Ahora ya no invitan a eventos a mi familia.
Mi color favorito es el blanco porque ese es el color de la nieve. Y adoro jugar en ella. Soy el mejor constructor de muñecos de nieve del mundo. Se ven tan reales que no me sorprendería que tuvieran vida y se fueran corriendo.
Y sí, sí jugaría contigo.
Espero hacerlo algún día.
Atte. Christian.
PD. Adoro a mi abuelita. Siempre me está regañando pero me gusta que me cuente cosas, como cuando conoció a mi abuelito.”