«Querido y apreciable Christian:
La princesa Rosemary me ha dicho que me admiras, cosa que no sé si debe estar bien. No soy alguien que no tenga errores. Pero si puedo estar en lo correcto en algo es en lo mucho que te admiro yo ahora.
No había visto a Rosemary tan contenta en mucho tiempo. Me divertí mucho escuchando cosas sobre ti, tanto que pienso que te conozco un poco. Hacía mucho que no me reía tanto. Si algún día decides ir a Soria, visítame. Quiero conocerte.
Me preocupaba Rosemary porque siempre pensé que estaba muy sola pero ahora veo que no es así. Te tiene a ti. Sé que aprecia tu amistad así que tú también valórala mucho.
Si algún día puedo hacer algo por ti, pídemelo.
Hasta entonces, sigue animando a la bella princesa Rosemary.
Hasta luego.
Henry»
Grité como niñita. Oh por dios. ¡Rosemary era extraordinaria! Le debía algo. Tenía una carta del puño y letra del Rey Henry. Y además me invitaba a visitar su país. ¡Pero qué genial! Sentí que podría morir y estaría bien. Moriría feliz.
No perdí más tiempo y me dediqué a escribir. Cuando terminé, aún con la euforia del momento, salí dando brinquitos hasta el buzón.
" Querida Rosemary que le cantaría a los muñecos de nieve:
¡Eres increíble! Casi muero de la emoción, creo que grité tan fuerte que todo el vecindario me escuchó. No puedo creer que lograras que el Rey Henry me escribiera una carta. No puedo expresarte en palabras lo agradecido que estoy. Y está bien que cuentes cosas de mí, no tengo ningún problema con eso. Menos si es para el Rey.
Voy a cantarle a los muñecos de nieve para que cobren vida. Pensándolo bien tal vez se mueran más, no sé cantar. Le pediré a Vicky que ella cante. Y creo que le agradará.
Mis compañeras de clase se volvían locas por el Rey Henry. ¿Tú vas a alguna clase de escuela de princesas o algo parecido?
Y sí, arruiné la boda de mi tía Licha. Pero no es la única boda que destrocé. Cuando mi vecina se casó me invitó y fui, pero como no me dijo el horario entré a la iglesia justo en la parte en que el sacerdote dice: Hay alguien que quiera impedir que ésta boda se realice, que hable ahora o calle para siempre. Todos me miraron. Sólo pude decir hola y luego salí corriendo.
Definitivamente ya no me invitan a fiestas. Supongo que tú vas a muchas. Deben ser divertidas. También viajas mucho. Uno de mis sueños es viajar por el mundo. ¿Tú tienes algún sueño que quieras cumplir?
Cuando veas a tu abuelita, salúdala de mi parte.
Espero seguir hablando contigo. Y mil gracias por la carta del Rey, la atesoraré como si fuera mi propia vida.
Atte. Christian, El Chico Gato.
PD. Estoy tan lleno de energía por la carta que creo que voy a irme a correr por las calles hasta que me canse. De nuevo, mil gracias. Millones de gracias.”