Carta 7

Siempre creí que todas las personas teníamos personas boomerangs, personas que a pesar de alejarse mil veces siempre volvían a ti, siempre estaban ahí para ti. Pero con el tiempo me di cuenta de que los boomerangs se pierden, quedan atrapados en un árbol, el viento no está a favor o incluso se rompen. Nunca pensé en perder a alguien pero eso no está en nuestro poder, no en el mío al menos, cuando te perdí sufrí mucho, aun lo hago porque uno jamás se acostumbra a que las personas ya no están, pero a lo que si te acostumbras es a ese dolor que la perdida trae ese dolor constante e intenso que no se va nunca.

Hoy debo acostumbrarme a la perdida de mi boomerang favorito y la verdad me siento como una niña pequeña que ha perdido su juguete amado. Soy una niña triste que por más que sus padres le digan que le compraran otro juguete ella sabe que nunca habrá otro como ese, porque ese juguete, ese boomerang estaba lleno de recuerdos, lleno de risas, llantos, confesiones y hasta dolores.

Sé que perdí mi boomerang y asi como tú no volviste, yo nunca volveré a ser la niña que aun tenía su oso de peluche. Sé que después de perderte ya no hay vuelta atrás.

Tú eras mi boomerang pero nunca regresaste.