Cartas al cielo

Carta °13: el valor de una empresa

Las promesas son inquebrantables. Si eres una persona de verdad, autentica en todo el sentido de la palabra debes ser coherente con lo que dices y dentro de eso se incluyen las promesas.

El último diciembre a tu lado fue simplemente perfecto, los dos últimos años por cuestiones laborales mi hermano había pasado año nuevo solo en otra ciudad y tú estabas hecha un mar de llanto al no tener tu familia unida. Aquel diciembre era diferente, estábamos los tres en la misma ciudad, bajo el mismo techo, para completar mi círculo de felicidad mi mejor amiga había viajado pasando veinticuatro y veinticinco, comimos a más no poder y me reí hasta que mis cachetes dolieron y pensé orinaría mis pantalones. El treinta y uno madrugaste y como excelente diseñadora que eras fabricaste un hermoso vestido rojo que aunque ya no me queda aún lo conservo para un día al tener una niña pueda heredarlo, la comida parecía hecha para un batallón y en realidad seriamos tres y nuestra perrita "niña" pero tú en medio de tu alegría no medias proporciones.

Cuando sonaron los juegos pirotécnicos a la media noche, apuesto un pote de helado de vainilla con oreo que un poco más y nos dejas sin aire con ese señor abrazo que nos regalaste, era la primera vez en dos años que llorabas de alegría por tenernos reunidos y prometiste que sería la primera vez de muchos años que se mantendría todo tal cual, prometiste que lo sucedido atrás no volvería a repetirse porque estarías junto a nosotros para mantener nuestra pequeña familia junta.

Cinco meses después a ese treinta y uno ya no estabas, tu promesa la habías incumplido como la de aquella madrugada donde prometiste no dejarme, me sentí traicionada por ti, me habías fallado. Mi mejor amiga me había abandonado cuando prometió que no lo haría

Es gracioso que mientras te escribo estas letras las lágrimas fluyen de mis ojos y no lo puedo controlar, hoy es diecisiete de diciembre y ese hermoso último diciembre se repite nuevamente en mi mente, queriendo construir una máquina del tiempo para poder verte por un minuto por lo menos abrazarte y decirte que te amo.

A veces las promesas no siempre se incumplen por decisión propias, a veces solo se salen de nuestras manos y no nos ponemos en el lugar de quien lo prometió, como los demás no piensen en quien se le incumplió.

Por bastante tiempo no solo me enoje con los demás sino contigo, creí que eras una mentirosa y no soportaba me hablaran nada que se trataría a ti y en parte a eso se debió mi rebeldía pero tuve accidentes, bajones de salud y acontecimientos donde los médicos y testigos les asombraba que no me hubiese ocurrido nada o por lo menos grave a la magnitud del asunto y supe que nunca me dejaste, que has cumplido tu promesa a cada segundo, todo eso de lo que me he salvado, has sido tú. Eres mi ángel guardián, estoy más que convencida que mi ángel es mi madre y no hay nada más maravilloso que eso.

Tú has cumplido tu promesa y aunque me llevo mucho tiempo aceptarlo, hoy lo sé. Te amo mi ángel de mí, estrella de mi cielo y amor de mi vida, espero tener los pantalones para al igual que tú has cumplido, yo cumplir con las mías.

Te envió mi amor al cielo

Con amor, para Isabela.




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