Cartas al cielo

Carta °14: sino la dejaras bien, mejor llévala contigo

"Si no la dejaras bien, mejor llévala contigo" repetí al verte ese 16 sin embargo al terminar de decir aquella frase pedí perdón a Dios y le llore porque hiciera caso omiso a mis palabras.

Me convertí en un zombi. Tenía pesadillas diarias, hablaba dormida e incluso era sonámbula, mi prima y su esposo debían poner seguro a la puerta y luego esconder la llave por miedo terminara lanzándome del balcón en medio de una crisis sonámbula, llegaron en extremo a dormirme en la mitad de ambos en un intento porque pudiese descansar mejor, pero no podía.

Mi familia pensaba que yo estaba al margen de todo lo que estaba sucediendo entorno a tu salud, no obstante yo era quien más era consciente de la situación, fui yo quien te cuido durante mucho tiempo, era yo quien velaba por ti en las noches, y era yo con quien te sincerabas en las madrugadas, pero por tener doce asumían era lo correcto no contarme lo que pasaba con exactitud, solo que no contaban que los espiaba mientras hablaban de ti y escuchaba cuando decían que estabas muriendo. Todos los días desde ese mañana que viajaste les rogué porque te pasaran al teléfono pero la realidad era que a los dos días de vernos tuviste una crisis y te habían inducido en coma, ellos no querían sincerarse conmigo, pero me entere. Llore en medio de la sala de mi prima, puse un canal religioso y escuche la misa, hice el rosario y le rogué a José Gregorio Hernández, mis tías decían que el sanaba a los enfermos y sus oraciones eran benditas, me arrodille y llore como nunca al terminar solo dije "Déjala, como sea pero déjala". Los días pasaban y entre más espiaba más me dolía escuchar, supe que en medio de la última crisis te rendiste y lo último que vociferaste en medio de ella antes que intubaran era "Ya no quiero respirar". Volví a mi habitación y me arrodille una vez más y le pedí al cielo un milagro, mi hermano al igual que yo pensábamos que no importaba como, pero siguieras con vida. Era egoísta, fui demasiado egoísta y ahora lo sé, tú estabas exhausta, enferma, y adolorida pero nosotros queríamos tu vida sin importar las consecuencias, que calidad de vida pudiste haber tenido si hubieses seguido a nuestro lado "NINGUNA" Esa es la realidad.

Creo recuerdas a tu amiga de años que vivía frente a nuestra casa. Ella y su hijo eran personas cristianas y muy espirituales. Su hijo vino a verme tres días antes a verte en el hospital, hablamos de cosas triviales y te menciono, me dijo que a esas alturas no eras tú quien intentaba mantenerse viva sino nosotros con esos aparatos artificiales, que si te amaba tanto te soltara porque a veces soltar es la prueba más grande de amor. ¡Ay mami! Me comporte demasiado grosera, le grite, insulte y le eche de mi casa, hoy pienso que no era justo la manera en que le trate, pero ni modo. Anteriormente mencione que en mi etapa oscura dije cosas que hirió y esta escena la incluyo en totalidad.

Antes de entrar ese 16 al hospital mi hermano trato de prepararme pero la realidad es que nada te alista para ese momento, estabas en la unidad de cuidados intensivos, cuando entre simplemente me quede pasmada, mi hermano salió de la habitación para preguntar sobre tu avance, en ese momento ya sabíamos del cáncer pero no nos daban esperanzas que soportaras la quimioterapia. Me quede a un lado tuyo inspeccionando cada minúscula parte y ya no eras tú, estabas tan delgada pero hinchada; habían tantos cables y maquinas controlando tu respiración, presión arterial, la orina y muchos más que quise bloquear de mis recuerdos. En fin, eras un vegetal. Solo en ese preciso instante le dije a Dios si la dejaras en este estado llévala contigo, lo dije en voz alta pero al segundo me arrepentí porque era inmadura y egoísta, cuando mi hermano entro a la habitación yo seguía agarrando tu mano y hablando como si pudieras responderme. Me sentía tan mareada, lo que mi hermano me dijo al entrar no me preparo para lo que vi, en un intento de huir a lo que estaba experimentando en mis emociones salí de la habitación y busque un baño, lave mi rostro y volví a salir pero estaba cansada, no dormía y mi alimentación era fatal y la cereza del pastel la escena de verte en ese estado, como si tú le hubieras alertado a mi hermano, el me siguió y mientras me disponía a volver a tu habitación me desmaye, pase parte de la tarde en observación y al siguiente día ya no me permitieron entrar a verte.

Mientras esperaba fuera un médico le dijo a uno de mis tíos que lo mejor era prepararse que tus posibilidades eran nulas y aunque me dolió pensé una vez más "Si la dejaras en este estado, mejor llévala contigo".

La mañana que me dieron la noticia sentí mi corazón partirse en mil pedazos pero me mantuve serena en la casa de mis tías, sentía que yo era la culpable. Dicen que las palabras tienen poder y al yo pedir que mejor fueras al lado de Dios el mundo conspiro para ello. Estaba confundida, por un lado merecías descansar, pero por otro te necesitaba a mi lado, era una guerra interna donde solo acababa más dañada y no hacía más que torturarme.




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