La satisfacción de tu ser al enterarse de que algo hizo bien trae paz y regocijo a tu alma, así se hace una buena combinación de sentimientos, y no hay nada mejor que eso, la satisfacción.
Por eso la dona glaceada con chocolate que pasa por mis labios me ve con una sonrisa, literalmente, le dibuje una sonrisa a mi dona, la ruda Frida señores.
Por supuesto yo me comí la última, Faith y Andy a penas me dejaron, cuando las cocine hoy en la mañana habia harina por todos lados, puede que no sea tan buena como la señora Month, pero igualmente mis donas estaban deliciosas.
Guardo mi libreta en mi bolsillo trasero y salgo a caminar un rato al parque, al parque que esta cerca del Starbucks, el Starbucks donde trabaja cierto castaño que probablemente anda rondando por mi mente de una manera completamente sana por supuesto.
Hay cierto recuerdo rebobinando en mi mente desde hace ya días, y me reprocho constantemente por dejar que mi propia mente juegue conmigo.
Hasta tu mente es Team Ethan
Han pasado ya días y sigo pensando en ese beso cada media hora o 15 minutos. Negandome a pensar más en el camino invoco a Meghan Trainor en mis audiculares a sonar con Treat Myself.
Sin pensarlo comienzo a moverme al ritmo de la música disimuladamente, ridículamente avanzo por la calle moviendo mis caderas arriba y abajo, doy una dramática vuelta y un señor se me queda viendo raro, pero a este punto, mejor pensar en avergonzarme que en otra cosa, y ¡por Dios! Es Meghan Trainor. Doy un paso largo por el paso de cebra y comienzo a saltar.
¡LET ME TREAT MYSELF!
A veces funciona ridiculizarte un poco, perder la vergüenza un rato, aunque te retractes por horas luego, la liberación que te da bailar libremente sin importar quien te vea es increíble, mis pies siguen moviéndose hacia los lados mientras saludo a una señora quien me sonríe luego de unos minutos, doy un último salto despidiendome de el ritmo de Meghan, volteo y es momento de que la vergüenza invada mi ser.
¿Por qué siempre aparece en momentos como éste?
¿Recuerdan lo que les dije de la vergüenza?
Olvidenlo
--Al parecer a alguien le gusta moverse al ritmo de la música.
--¿Tú qué haces aquí?
--Venía saliendo del trabajo cuando mucha gente volteaba a ver a una chica pelinegra bailando por las calles y quise ver porqué tanto alboroto. --sus brazos se cruzan en una pose dubitativa, carajo que guapo es este idiota.
--Bueno pues que te digo, --piensa en algo Frida vamos, solo no hables sobre el beso y todo estará bien-- puede que las chicas con las que te besas sean normales, pero no yo.
Mierda
Mierda
Mierda
Mierda
--Bueno no me beso con tantas si es lo que piensas--bufa, así pones de mal humor a un chico.
--Lo siento, no lo sabía
--No puedes juzgarme si no me conoces--discute molesto, y yo comienzo a molestarme.
--Bueno tu tampoco puedes besarme si no me conoces--debato
--¡Tú me besaste primero!
--¡Y luego tú me quisiste dar otro!
Muy bien esto es ridículo, él tiene razón, solamente estoy entrando en pánico, pero yo también la tengo, nos estamos adelantando a los hechos, tal vez si fue un error besarlo después de todo.
Nos vemos frustrados al no saber que hacer o decir, procuro mantener mi mirada fija lo máximo que puedo. Me rehuso a voltear de nuevo, menos ahora, mi lado racional se va al carajo y el del orgullo regresa. Cansada me doy la vuelta y con paso firme me voy alejando, de nuevo mis piernas se detienen por la firmeza de un brazo.
Me gira lentamente para encararme--estamos siendo irracionales, debemos--recalca--hablar de esto, si seguimos evitandolo como estos días seguirá pasando lo de unos segundos atrás.
--Bien, me parece eso...
--Realmente no quiero dañar esto, ¿Okay? --asiento sin más que agregar.
Caminamos de regreso al Starbucks en completo silencio, las manos me Sudan, y juego con mi cabello cada minuto, sé que la charla que esta por pasar será la definición de lo que tenemos, pero no me gustaría pensar que me estoy adelantando.
Ingresamos al café y esta vez soy yo la que los paga, porque chicas no hay que aprovecharse también, nos sentamos en mi mesa favorita. Tomamos en silencio por unos minutos, hasta que me decido hablar yo.
--Y... -alargo--¿qué tal el trabajo?
--Muy bien, aún hay una anciana que me ve raro todos mis turnos.
--¿La anciana mira traseros sigue aquí? --pregunto divertida.
--¿La conoces? --Ahí está la ceja
--Digamos que me vio "analizar tu trasero" --ironizo. Ríe un rato conmigo hasta que se vuelve a quedar en silencio.
--¿Podemos hablar de nosotros ahora?
Aquí vamos.
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HELLOOOOOOOOOOO
¿Me extrañaron?
Pero Hill como nos dejas, pues sí, asi los dejo cafecitos lo siento.
Los siguientes capítulos se pondrán intensos, así que alisten sus tazas y acomoden sus traseros que se nos viene el pasado encima.
Amor a nuestros bebés aquí
#Eida 💖
~TH&TB