"El Secreto que Somos"

Te miro, Penny, entre sombras y espejos,
como quien reconoce el pecado en un reflejo.
Tú, con labios de incendio y ojos de invocación,
yo, con un alma que ya no recuerda su redención.

Eres la luna que me observa sangrar belleza,
la grieta en mi inmortalidad perfecta.
No te amo como aman los hombres comunes…
te amo como ama un abismo: queriendo tragarlo todo.

Sé lo que ocultas tras tus dedos finos,
los rezos malditos, los nombres antiguos.
Pero no temas, amor,
yo también guardo monstruos bajo la piel de mármol.

Tu voz es un hechizo que no se pronuncia,
y aún así, cada noche me invoca.
Nos deseamos como se desea el fuego:
sabiendo que al tocarnos, solo quedará ceniza.

Y aun así…
te quiero.
Te quiero en el silencio que nadie escucha.
Te quiero en la noche donde el alma se desnuda.
Y aunque sé que amarnos sería firmar la ruina,
prefiero mil veces la condena contigo
que la eternidad sin tus mentiras.