Juran que es bruja, que vino del abismo,
que en sus labios reposa el más dulce exorcismo.
Dicen que en su aliento se esconde el veneno,
pero yo vi el cielo dormido en su pecho sereno.
Sus ojos… ay, sus ojos, antiguos como el tiempo,
me hablaron sin palabras, en un solo momento.
No hubo conjuro, ni luna, ni altar,
sólo una mirada que no puedo olvidar.
Tal vez me hechizó, quizás sin intención,
pero si amar es maldición, que arda mi corazón.
Prefiero su embrujo que la paz sin su piel,
prefiero su sombra antes que un amanecer.
Porque hay rostros que el alma no puede soltar,
y el suyo, de todos, me vino a encantar.
Así, si esto es hechicería… que no tenga final,
pues amo su rostro, y eso es inmortal.
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Editado: 19.04.2025