Te conozco durante toda mi vida, amo el cómo eres tan bromista con la vida y tan peculiar en tu forma de ser.
Tus chistes malos, tu rostro, hasta tu voz. Son lo único que necesito para reír y olvidar aquellas cosas que pienso.
Me hubiera gustado que hayas tenido a alguien como tú cuando niño. Me cuidaste cuando llegué a casa por primera vez, me cargaste cuando descubriste que sería tu hermana menor para toda la vida. Me cuidabas, alimentabas, y me cambiabas los pañales cuando nuestros padres no estaban en casa.
¿Qué más podías hacer? Eras el mayor.
Aun cuando fuiste una piedra y aquella lluvia te azotó con fiereza, seguiste siendo tú. Aunque tu cabeza era pisada como un gorrión en medio de lobos, seguiste siendo tú.
Miento, cambiaste. Miento nuevamente, sigues siendo aquel niño del cual lo tuvo todo y a la vez no tuvo nada. Viste que yo recibía más que tú y nunca te pusiste celoso, nunca hablaste, nunca respondiste.
Eso era inaceptable.
Eras y sigues siendo aquel niño del cual te reías para mí, grababas tus muecas graciosas y me acompañabas. Aun cuando todo dolía, sonreías.
Creo que mentí, eres aquel hermano del cual nunca me arrepentiré de tener y de tener una conexión tan fuerte como el viento lo tiene con las nubes, y los peces con el mar.
Sé cómo te sientes, sé que harás y sé a veces lo que pasa por tu cabeza, pero me eres inalcanzable a veces. Eres bueno, pero dejaste de ser aquel niño bueno que eras para mí. La mitad.
Tu rencor crece y no olvidas a los que te hieren, a los que lastiman a los que amas, a los que tienen las posibilidades de lastimarte como la lluvia. Odias a aquellos hombres que lastiman a las mujeres, eres un caballero. Pero sigues siendo un rencoroso.
«Mi corazón es negro»
«Nunca lo perdonaré»
«Así soy y así moriré»
Son aquellas palabras que sueltas, me encantaría volver a tener a mi hermano mayor, aquella hermandad que fluctúa con lo paternal. Te admiro, pero a la vez siento lástima.
Me alegró y regocijo por ti, pero también me decepcionas.
¿Cuándo cambiarás? ¿Cuándo amaras en lugar de odiar?
Me levantó frente a ti y te observó con ojos de lástima mientras pronuncias esas tontas palabras, ya no te veo como un hermano en ese instante. Tengo todas las palabras del mundo para describir lo decepcionada y triste que estoy por ti, solo para gritar un pensamiento, con la esperanza de que lo oigas.
«Yo... Quiero a mi hermano devuelta.»