Cartas Antes De Mi Apoptosis

Movimientos Involuntarios

Todo se mueve rápido a mi alrededor.

Las miradas de la gente no faltan. Observan y acechan cuál cazador a su presa. Solo que, en vez del instinto de caza, está la confusión.

Todo es extraño para mí. Repentino. Inquietante. Pero, no me detengo.

Quiero hacerlo.

No me detengo.

Grito por control.

Silencio, al final, no lo tengo.

¿Qué rayos me sucede? Dejen de observarme.

Cuánto más posan sus miradas juzgadoras en mí, más me carcome esa punzada en mi pecho, la cual, viaja por mis entrañas y me dan la urgencia de moverme.

Persisten. Por más que les imploro parar.

La ignorancia aumenta, y simplemente empeoro.

¿Cuándo se detendrá? ¿Cuándo fue la última vez que me sentí "normal"?

¿Será Tourette? ¿Se desarrolló tarde?

Ayuda.

No dejo de moverme. Mi cuello se tuerce con cada movimiento. Mi cuerpo se contrae y mi rostro adquiere semblantes extraños.

Ayuda.

Sáquenme esto.

No puedo más.

Necesito ayuda.

Ayuda.

La pena se ve en los ojos de los transeúntes. La vergüenza ajena me golpea como una bofetada al corazón. Como un vendaval.

Quiero que se detenga.

Para poder moverme cuando quiera, cuando me dé la gana.

Como alguien libre.

Libre de movimientos.

Libre de todo.

Lejos de los movimientos tortuosamente involuntarios.

Un clamor de auxilio hace eco, pero no creo que oigan.

No creo que escuchen.

Nunca lo hacen.

No me interesa el dinero, no me interesa la comida, no me interesa el oro ni mucho menos la fama. Solo pido una cosa:
Que esto se detenga.



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En el texto hay: realismo, prosas, prosas poeticas

Editado: 09.06.2025

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